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lunes, 7 de marzo de 2022

Museo al aire libre

 Museo al aire libre de cerámica en Agurain (I de II)


Kepa RUIZ DE EGUINO
(Publicado en "Euskonews")

El Ayuntamiento de Agurain ha proyectado un Museo al aire libre con obras en cerámica (azulejos) de pintura contemporánea por las Calles de la parte vieja de la Villa.

Uno de los legados artísticos y culturales de nuestra villa son las artes decorativas elaboradas en la desaparecida fábrica de azulejos “
Sociedad Cerámica Alavesa”.


Con el objetivo de recuperar éste legado y recordar la tradición alfarera de Agurain se va a crear en esta Villa el primer Museo al aire libre de obras de pintura contemporánea en cerámica, con la exclusiva forma de producción artesanal, así como su ornamentación con formas geométricas y vegetales típicas de la antigua Cerámica Alavesa, reflejándose las tradiciones culturales de nuestra zona y de nuestra historia.

Para desarrollar esta iniciativa el Ayuntamiento de Agurain ha realizado una amplia investigación y selección de obras que representan la cultura y tradición de Euskal Herria, todas ellas hechas en la desaparecida fabrica de azulejos “Cerámica Alavesa” y en las que colaboraron entre otros los pintores 
Obdulio López de UraldeRamiro y José Arrúe.


Montaje del Ayuntamiento de Agurain del futuro Museo al aire libre.

Cerámica Alavesa (Exposición de Gasteiz de 1916)


La prensa en Agosto de 1916 comentaba sobre la Exposición de la empresa de azulejos de Agurain, lo siguiente, según escribe, José Antonio García Díez en su libro “La Pintura en Alava”:


A cuantos visitaron el Concurso Obrero debió sorprenderles la instalación de la “Cerámica Alavesa”, una industria establecida en la Villa de Salvatierra, creada unos años antes y que había adquirido un desarrollo extraordinario. En la Exposición destacaba la confección artística con aplicación a la decoración, como algunos cuadros de sabor regional, representando escenas vascas y tipos de la región, debidos al lápiz de José Arrue y han colaborado también con la “Cerámica Alavesa” los artistas Tomás Alfaro y Ortiz de Urbina. Este tipo de decoración realizada a partir de azulejos unidos, estaba llamado a tener una buena aplicación en la construcción.Hoy podemos ver dos muestras en la oficina central de la Caja de Ahorros Provincial, según bocetos del nombrado José Arrúe y Obdulio López de Uralde.


Antigua foto de la exposición de 1916.

La azulejería en el País Vasco (La cerámica de Agurain)

Se designa con el nombre genérico de azulejos a unos bloques arcillosos planos, no muy gruesos, de diversas formas y tamaños y con una de sus caras alisadas y cubierta por una capa de vidrio, o más frecuentemente, por esmalte opaco, blanco o decorado. Conocidos desde la antigüedad, fueron utilizados con finalidades ornamentales hace más de cinco mil años, en la península ibérica fueron los alfareros árabes quienes iniciaron desde el Sur, pasando por todo el Levante y Cataluña la confección de ésta interesante variedad de productos cerámicos.

En el País Vasco y por lo general toda la zona húmeda del Norte, la azulejería adquirió escaso desarrollo; y ello debido en parte a las condiciones climáticas y en parte también a la escasa influencia que los árabes ejercieron sobre la producción cerámica de tales provincias. En dicha zona se conoce la existencia de algunos azulejos heráldicos, nobiliarios antiguos, a menudo procedentes de los alfares levantinos de Manises.


En Euskal Herria el ceramista M. Amann y el pintor Enrique Nieto llevaron a cabo alguna breve labor en Bilbao de decoración con azulejos. Pero fue en la Vieja Agurain donde a principios de siglo comenzó a desarrollarse una interesante labor de decoración y hermosos trabajos artesanos con azulejos.

Proyecto del Ayuntamiento de Agurain 2006.

En contraposición con lo anteriormente recogido, hacia los años 1912 – 1913 se instaló en la Villa de Salvatierra de Alava un taller cerámico, que tras de ocuparse durante un decenio en la producción de vasijas de barro para usos domésticos (cazuelas, ollas, pucheros, botijos, barreñones para la matanza, etc.) inició la fabricación de azulejos en nuestra región. Este taller pasó entre los años 50 y 51 a ser propiedad de unos alfareros de Onda (Castellón de la Plana), la familia Alvaro Estornell, especializados en la obtención del mencionado articulo; y desde entonces su confección tomó carta de naturaleza en territorio euskaro, llevándose a cabo con él, por algún tiempo, una producción azulejera muy interesante.

Cuando comenzó esa labor el alfar de Agurain, las tierras arcillosas, utilizadas como materias primas, se traían del vecino pueblo de Galarreta. Luego éstas vinieron de Ullibarri-Jauregui, y al no poder conseguir con ellas los favorables resultados apetecidos, fueron mezcladas con las procedentes de Langarika, población no lejana de Agurain. Más adelante se realizó un ensayo con tierras de Ozaeta, pero los productos obtenidos eran deficientes y por ello se renunció a utilizarlas: debe ser indicado que en todos los casos las extracción de las tierras fue estacional, almacenándose luego éstas en cobertizos, tras de su prolongada meteorización en eras donde quedaban sometidas a la acción continuada del aire y del sol.

Mural de la Caja Vital de Obdulio “Romería de Galarreta”.

Cuando pudo conseguirse una selección de arcillas con propiedades adecuadas, al llegar el momento de preparar la pasta destinada a la confección de los azulejos se molía la mezcla de aquellas, se tamizaba el polvo y se amasaba largamente después de empastarlo con agua: ésta era adicionada en la cantidad necesaria para que la pasta contuviera un 20 por ciento de humedad cuando se iba proceder al modelado de cada azulejo. Dicha operación se realizaba mediante prensas capaces de dar piezas completamente planas, con aristas vivas y exentas de toda clase de defectos: en los aparatos utilizados al principio en la Cerámica Alavesa de Salvatierra, los azulejos obtenidos precisaban un secado ulterior, antes de cocerlos; y éste se aplicaba apilándolos en pequeños grupos, y colocándolos en posición vertical dentro de unas grandes salas bien aireadas.

Más adelante fueron instaladas unas prensas de fricción mucho más potentes y entonces el secado resultaba innecesario, por lo cual los azulejos, después de modelados, se cargaban en unas pequeñas vagonetas de forma especial, tal y como nos han relatado algunos antiguos operarios de la Cerámica,

Romería en la ermita de San Vítor de Gauna de Alava, mural ubicado en la C/ Mayor nº 32 de Agurain, propiedad en origen de Dimas Ugarte, promotor de la Cerámica Alavesa.

y seguidamente iban siendo introducidas en el horno para proceder a la cocción del bizcochado; cada vagoneta contenía de 30 a 50 piezas, según el tamaño de ellas y la carga total del horno podía sobrepasar los ochenta mil azulejos, requiriéndose unos tres días para la total ejecución del enhornado. (Nos contaron que antes del uso de vagonetas el horno se cargaba apilando los azulejos en capas superpuestas bien espaciadas para dejar paso a las llamas. Procediendo así la operación de carga duraba cuatro o cinco días y se enhornaban unas sesenta mil piezas.).

Ultimado éste, se encendía el horno, siendo necesarios otros tres días para llegar a darle temple y entonces se forzaba el fuego durante unas cuarenta y ocho horas, a fin de conseguir que en la cámara de cocción o laboratorio se alcanzasen los 950º C., por ser ésta la temperatura más conveniente para lograr un bizcochado perfecto. El calor se obtenía quemando leña, o bien diversas plantas herbáceas muy secas (espino, retama, brezo...) pero el crecido consumo de éstas, las dificultades inherentes a su acopio y manejo – en forma de gavillas- y otras razones igualmente importantes, aconsejaron modificar los hogares, aplicando a los mismos unos quemadores de fuel oil, y éste era el combustible utilizado en las últimas etapas de funcionamiento del alfar aquí reseñado de la Cerámica de Salvatierra.

Antigua foto de la Cerámica Alavesa de Agurain de 1950.

Finalizado el tratamiento térmico precedentemente descrito, se abrían unos orificios de ventilación existentes en la bóveda de cada horno y con ello se iniciaba un enfriamiento proseguido luego lentamente; cuando se consideraba que los hornos y sus respectivas cargas estaban suficientemente fríos, se precedía a la apertura de la puerta principal del laboratorio, con objeto de terminar completamente el proceso de enfriamiento. Entonces se llevaba a cabo la descarga de los azulejos bizcochados, encomendando tal operación a tres o cuatro operarios, quienes la terminaban al cabo de seis u ocho horas de trabajo continuo.

Las piezas descargadas eran después barnizadas por una sola cara, aplicándoles un esmalte blanco o coloreado. En los primeros tiempos de actuación de este centro fabril de Salvatierra cuya labor describimos, ese barnizado se hacía a mano y un operario podía tratar diariamente unas siete mil piezas; pero más adelante se instaló una máquina esmaltadora, capaz de dar cubierta a unos cuarenta mil azulejos en cinco horas: Luego de aplicado ese recubrimiento, los azulejos eran sometidos a una segunda cocción, realizada en la forma descrita para la de bizcochado. En esa cocción, o en otra posterior de análogas características, se llevó a cabo en ocasiones la decoración de tales piezas, siguiendo procedimientos diversos a cuyas técnicas nos referiremos más adelante.


El taller cerámico de Agurain

De la importancia adquirida por el taller cerámico de Salvatierra-Agurain dan idea los datos siguientes que al mismo se refieren: Sus cuatro grandes hornos (de cinco a seis metros de diámetro y con laboratorios de cuatro metros de altura) diseñados especialmente para trabajos de azulejería, disponían de cuatro a seis hogares radiales y funcionaban en régimen de llamas invertidas, consumiendo de seis a diez toneladas diarias de pasta arcillosa, modelada en piezas de diversos tamaños. Con un ritmo normal de producción, se podían alcanzar cifras de fabricación superiores a los cien mil azulejos en cada jornada laboral.

Estos eran principalmente lisos y de forma cuadrada, predominando de 15 y 10 centímetros de arista, con un grosor comprendido entre cinco y siete milímetros; pero se confeccionaron también en ésta fábrica de Salvatierra azulejos con relieves superficiales (del tipo llamado “de arista” o “de cuenca”) aunque no se alcanzaron crecidas producciones de éstos últimos. Todos los azulejos procedentes del alfar aquí descrito, llevaban en el dorso las ranuras y estrías precisas para su buena adherencia y contenían marcas de fábrica <tales como “C.A.S.A”-. “Salona” – o “El Yunque” – producidas por estampación durante el modelado de cada pieza.

Las exigencias fijadas por la Cerámica Alavesa por la demanda del mercado, reclamaban especialmente azulejos lisos y blancos, pero según ya hemos indicado, también se confeccionaron otros diversos colores (monocromos) conociéndose asimismo algunas series con decorados generalmente policromos : la temática de tales decorados – que se aplicaron a piezas lisas o con relieves – varió mucho , existiendo en ellas dibujos clásicos de crecido barroquismo, o bien motivos modernos de tendencias más avanzadas, complicadas o simplistas. Todos esos decorados se obtuvieron pintándolos directamente o mediante estarcidos y también por serigrafía: Entre las producciones más importantes de éstos azulejos ornamentales, figuran el retablos del altar existente en la Iglesia de Salinas de Leniz en Guipúzcoa (en el año 1954, ardió por completo la Parroquia de Salinas dedicada a San Millán, quedando solamente en pie las paredes), y los revestimientos o zócalos situados en diversos edificios y locales de la Villa de Agurain y de otras poblaciones alavesas, así como de la capital Vitoria (chalets de la Ciudad Jardín, Restaurantes y Sociedades Gastronómicas, incluso de la vecina Pamplona, etc.)


El final de la cerámica alavesa


La aparición de numerosas dificultades, de complicada naturaleza y prácticamente insalvables, obligó hace unos años a cancelar la interesante labor que venía desarrollando éste alfar, digno de mejor suerte y más provechosos resultados, por el continuado e inteligente esfuerzo realizado por todos cuantos, de una u otra manera, participaron con interés y competencia en las bien orientadas tareas llevadas a cabo en el mismo.


Antigua foto de operarios de la Cerámica Alavesa de Agurain.

*Sobre la producción de azulejos en Euskal Herria no existen más datos que los recogidos en éste trabajo y los referentes a la “Nueva Talavera” de Pamplona, que los fabricó en el siglo XIX. Hay algunas indicaciones inconcretas sobre la producción en Bilbao o zonas aledañas en los primeros años de nuestro siglo y además existe en Tafalla una fábrica muy industrializada, que los produce con especial acierto, pero ninguna tan artesanal ni artística como la Cerámica Alavesa.


Kepa RUIZ DE EGUINO
(Publicado en "Euskonews")

Los datos que poseemos sobre la actividad alfarera en Agurain son los siguientes: Artiñano en el “Arte Popular de las Vascongadas” pag. 27: “En la misma Salvatierra se han producido ejemplares llenos de poesía y de interés local”.

Julio de Lazurtegui en “Geografía General del País Vasco Navarro” en la pag. 760, del tomo general: “Fabricación de cerámica en Llodio y Salvatierra, además de los hornos de tejas y ladrillos que existen en el resto de las provincias para satisfacer las necesidades locales”.

La cerámica industrial que en la actualidad funciona fue fundada por Dimas Ugarte y continuada por su hijo José Ugarte. Aquí sabemos trabajó Ricardo Urrutia, el último ollero de Galarreta.

Dentro de la historia de los olleros de Alava está Juan Castañares Irazabalbiaskoa que hacia 1877 se trasladó al pueblo alavés de Elosu con el padre de la que iba a ser su mujer Simona. El padre de Simona era Juan Domingo López de Letona y Ruiz de Erentxun. Juan vivía en el barrio de las ollerías, nº 43, murió en 1912, a los sesenta y seis años, siguiendo en la ollería su hijo Daniel y el oficial Fructuoso Fernández de Larrinoa, natural de Ullibarri Gamboa. Fructuoso se casó con una hermana de Daniel llamada Patricia.

En el año 1936 la guerra castigó duramente toda la zona de Villarreal y Elosu y destruyó toda la ollería que por entonces ya llevaba Fructuoso Fernández de Larrinoa con su hijo José y Federico Garmendia, natural también de Elosu, lo que les obligó a marchar a la vieja Agurain. Aquí trabajaron los tres, ayudados por el otro hijo de Fructuoso, Gregorio, en la Cerámica Alavesa de Martín Ugarte durante unos años, trasladándose después a Narbaja.

Fructuoso nació como ya hemos dicho en Ullibarri Gamboa en 1883, y aprendió el oficio con Alejo Aguirrebeitia. Años más tarde Fructuoso, como veremos, se trasladó a Elosu y después a Agurain, por motivos de guerra, para acabar en Narbaja.

Y, en los años inmediatamente posteriores a la guerra del 36, Fructuoso Fernández de Larrinoa, su hijo José y Federico Garmendia que venían de Elosu, donde, como ya queda dicho, un bombardeo destruyó la ollería. En la “Cerámica de Salvatierra” la producción de éstos olleros fue la misma que había venido realizando en Elosu.


Torno de Fede Garmendia. Foto: euskomedia.org

Para tornear trajeron uno de los tornos de la ollería destruida en la guerra y que funcionaba mediante un motor de gasolina. Las vasijas las cocían en el horno que en la cerámica utilizaban para el bizcochado de los azulejos, esto es, en el horno de la primera cocción. Metían los cacharros en la parte superior del horno, en la “campana”.

El citado anteriormente Federico Garmendia, que había nacido en 1922, se había incorporado a la ollería de Fructuoso a los ocho años de edad, luego tenía catorce cuando llegó a Agurain y algo más dedieciséis cumplió cuando llegó a Narbaja. El ha sido el último ollero de toda Euskal- Herria al cerrarse el taller de Narbaja donde trabajaba con un nieto de Fructusoso, Juan Antonio Fernández de Larrinoa, que actualmente tiene un almacén de cerámica en nuestra Villa.

El esmalte blanco lo siguieron haciendo en Elosu.

Tras unos años en Agurain y debido a que los caracteres de Fructuoso y de Ugarte que no congeniaban. Marcharon a Narbaja.


Tierras y preparación del barro:


Para pucheros destinados para el fuego utilizaban dos clases de tierra, la roja, con un poco de la blanca; pero para el resto de las piezas solamente la blanca.

Estas tierras las extraían de muy cerca del lugar conocido aún actualmente como de “los coladores”, nombre que nos indica cuál era el sistema empleado en Galarreta para la preparación del barro. La extracción de la tierra se efectuaba en los meses de Noviembre y Diciembre, dejándolas a la intemperie hasta la primavera para que las mismas se esponjaran, se pudrieran. Esta tierra gozaba de buena fama por su calidad, de forma que solían venir a por ella de Narbaja e incluso de Agurain.

Federico Garmendia.

Fue también motivo de que Fructuoso Fernández de Larrinoa dudase, cuando estaba en Agurain, de ir a Galarreta o a Narbaja. Los coladores, más bien las huellas de los mismos, se encuentran en Basakaitz, junto a un riachuelo que corre al pie de las colinas Beitia y Korrosparri. A un centenar de metros de estos coladores se encontraba la ermita de San Martín, de la que no quedan sino piedras y tejas esparcidas por el suelo. Aquí en Basakaitz, también tenían para servicio de todos los olleros un molino hidráulico para el esmalte blanco muy semejante al de Zegama. La depuración del barro, en su paso del pozo batidor al decantador tenía lugar mediante un entramado de ramas. El transportes del barro hasta los obradores, donde se almacenaba en un lugar fresco, se realizaba en carros de bueyes. Este barro, antes de llegar al torno de Agurain y Narbaja era pisado y sobado a mano en una mesa que llamaban “sobadera”.


Como ya hemos dicho se trasladaron Fructuoso con su familia y Federico a Narbaja, no porque supieran que antes habían existido ollerías, sino porque tenían también muy buena tierra, que ya aprovechaban algunas tejeras en las que trabajaban asturianos, especialmente de Mieres.

La empresa era de estructura familiar y los productos de comercializaban por toda la zona Norte.

Al ir a Narbaja tuvieron que montar todo el taller nuevo: obrador, horno, coladores, etc. Fructuoso murió allí el 29 de Marzo de 1959, a los setenta y seis años, estando casado en esos momentos con Victoriana Abasolo y Pujana natural de Zeanuri. Siguieron en la ollería su hijo José y Federico. José, por cuantos lo conocieron, gozó de muy buena fama como alfarero. No era de mucha producción pero sí muy cuidada. Murió en 1964. Continuaron Federico y el hijo de José, Juan Antonio, hasta hace pocos años, hasta que por diversas razones decidieron cerrar la ollería. Como ya hemos dicho ésta ha sido la última que ha trabajado en todo el País Vasco.

Es de lamentar que entre todos no hayamos sido capaces de evitar este cierre donde podían haberse formado nuevos ceramistas respirando un ambiente de siglos. Se sabe que el genial escultor 
Jorge Oteiza estuvo aquí estimulándoles, incluso ofreciéndose a enseñar todo lo que fuese preciso, pero no hubo ambiente; ambiente que se enrareció, aún más por una serie de promesas que a todos los alfareros se les hizo para que continuasen, y que no se cumplieron.


Juan Antonio Fernández de Larrinoa sigue trabajando como distribuidor de cerámicas en Narbaja y Agurain, mientras que Federico se trasladó a Gastéiz donde impartió enseñanza de su viejo oficio, del cual fui alumno durante algunos años y de muchos ceramistas que lo "han cogido" con muchas ganas.

En Narbaja, me contó Federico que utilizaban también dos clases de tierra: la roja y la blanca. A 20 cm de la superficie comenzaba la arcilla buena. La tierra roja la extraían de la tejera de Beltrán. La blanca de una tierra junto a la carretera. Las tierras extraídas las dejaban durante todo un año a la intemperie para que se soltaran con las heladas, etc. La extracción de la tierra se efectuaba en el mes de Septiembre.

La preparación del barro en el meses de Abril a Junio. El sistema empleado para el barro era también como el de Galarreta de "coladores" que se encontraban en la carretera de Barría junto al Puente Rojo.

El mercado que tuvieron, fue el mismo que el de Elosu y Agurain, aunque luego fue reduciéndose poco a poco. Primero iban a recoger los pedidos en los comercios y luego los servían. El transporte, al principio, lo hacían mediante galeras tiradas por dos machos, posteriormente por camiones.



Fabricación de azulejos artesanos. La cerámica alavesa

En el año 1912 se transformó la antigua ollería para fabricar azulejos, en serie de distintos tipos y formas, combinando dibujos geométricos con dibujos tradicionales de la vida cotidiana del campo, de sus trabajos y de sus fiestas y romerías.

Los dibujos artísticos fueron diseñados como ya citamos la semana pasada, por 
Obdulio López de Uralde, que trabajó entre los años 30 y 40 y cuyas obras se ha colocado en numerosas casas, portales, cocinas y baños de Agurain y Vitoria, así como en colegios religiosos, bares y restaurantes.

Realizó grandes murales con motivos diversos como personajes vascos, trabajos tradicionales del campo, fiestas y romerías, así como alegóricos de personajes mitológicos y de la antigüedad.

Los productos cerámicos, azulejos, etc.. se vendían en toda la zona norte, en almacenes de productos de la construcción y en tiendas de plantas y cerámica.


Cuadros de cerámica realizados por Obdulio López de Uralde con la Cerámica Alavesa de Agurain que se encuentran en el Museo de Gastronomía de Laudio. Gargantua y Pantagruel.


Fabricación de azulejos. La cerámica alavesa

En el año 1912 se transformó la antigua ollería para fabricar azulejos, en serie de distintos tipos y formas, combinando dibujos geométricos con dibujos de la vida cotidiana del campo, de sus trabajos y de sus fiestas y romerías.


Mural situado en el Barrio de la Magdalena de Agurain en homenaje a la Cerámica.
Mural situado en el Barrio de la Magdalena de Agurain en homenaje a la Cerámica.


La cerámica alavesa de Agurain


Inventario de piezas realizados en la cerámica alavesa

C/ Mayor nº 30 de Agurain

Portal de la vivienda con amplia franja de azulejos en la que se combinan motivos geométricos y vegetales, entre los que aparecen intercalados diferentes personajes tradicionales vascos.

2. C/ Mayor nº 32 de Agurain

Portal y vivienda.

Se trata de la vivienda donde mayor constancia tenemos de la obra realizada en la Cerámica Alavesa de Salvatierra.

Esta casa propiedad en origen de Dimas Ugarte, promotor de la fábrica ha conservado fielmente el legado.

En el Portal de la vivienda se encuentra el mural que representa la romería de San Vítor y en el interior son numerosas las muestras localizadas en paredes, escaleras, puertas, cocina, terraza, pequeña fuente, baños, etc...donde aparecen intercalados los motivos geométricos y naturales con las representaciones de personajes populares, religiosos, animales, etc.


Escaleras de la vivienda situada en la C/ mayor nº 32 de Agurain, propiedad en origen de Dimas Ugarte, promotor de la Cerámica Alavesa.

3. Bar José Mari (Restaurante “El Gordo” de Agurain).
Mural de grandes dimensiones, actualmente en paradero desconocido.

4. Bar Paco de Agurain.
Mural representando una partida de mus con personajes vascos.

5. Viviendas de Agurain con imágenes religiosas.
Imagen de la Virgen de Estibaliz.

6. Fábrica de Harinas de Araia.
Derruída recientemente.

7. Antiguo Bar Gautxori (C/ San Prudencio, actualmente Banco Santander).
Obra realizada en 1931 que corresponde a la barra del mostrador del restaurante.

Todo el frente se encuentra decorado con azulejos con motivos vegetales y geométricos con predominio de colores azul, blanco y amarillo. Remata la obra una franja de azulejos que representa a personajes de distintos oficios y personajes tradicionales vascos. Esta actualmente muy deteriorado.
Además de numerosos portales, cocinas, anuncios en las paredes con azulejos, etc., etc.

Obdulio López de Uralde

Pintor alavés nacido en Gasteiz el 5 de Septiembre de 1897 y fallecido el 9 de Julio de 1957. Estudió en la Escuela de Artes y Oficios y después marchó a Madrid. Trabajó con especial atención las figuras propias del País Vasco y particularmente las de Alava. Entre otros figurines hizo algunos de los gigantes de Vitoria y pintó numerosos murales para la Cerámica Alavesa de Salvatierra reproduciendo costumbres populares. Fue un artista excepcional, sobre todo dibujante, sobresalió en esta actividad.

Su obra artística lleva como tema principal Gasteiz y Araba. Fabricó decorados que representaban las costumbres populares y también los gigantes e incluso al mismo Celedón.

BIBLIOGRAFíA Y COLABORADORES

Ibabe, Enrique “Ceramica Popular Vasca”
Galdos Juanjo “Ceramica Alavesa”
Leandro Silván, estudio de la Cerámica Vasca
Familia Alvaro Estornell
Julio Lazurtegui “Geografía General del País Vasco Navarro”
Artiñano, J. “Arte Popular de Vasconia”
Familia Larrinoa Federico Garmendia
Iñaki Beraza
Archivo Municipal de Agurain
Archivo Provincial de Vitoria - Gasteiz

Fotografías:
Archivo Fotográfico de Agurain
Archivo Familia Álvaro Estornell

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Kepa RUIZ DE EGUINO
(Publicado en "Euskonews")

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