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domingo, 20 de marzo de 2022

Cruces y cruceros de la llanada

 

Cruceros de la llanada

Cruces y Cruceros
Cruces en el corazón de la Llanada

NUMEROSOS CRUCEROS CUYO SIGNIFICADO SE HA OLVIDADO JALONAN LOS CAMINOS DE UNA BUENA PARTE DEL TERRITORIO

UN REPORTAJE DE FERNANDO SÁNCHEZ ARANAZ
La generalización del uso del automóvil supuso un cambio sustancial en la visión general del mundo, principalmente en los conceptos de espacio y tiempo. Varió la noción de la percepción de lo cercano y lo lejano, así como del empleo del tiempo para fines aparentemente inútiles, como el traslado de un sitio a otro. En consecuencia, lo relativo con aquella manera de viajar quedó obsoleto. Paralelamente, las cruces que se pueden contemplar en los pueblos y caminos y que presentan diversos significados, han pasado a ser meros vestigios del pasado.

Están, en primer lugar, los cruceros, que se encuentran habitualmente en las entradas de los pueblos. Estos comienzan a utilizarse, como señales de término o como información del ingreso en un territorio controlado por una autoridad determinada, a partir del siglo XV. Coincide este hecho con el afianzamiento del poder de las villas, en contra del de la nobleza. Los cruceros señalaban el control de los concejos, en gran parte dependientes de las villas, mientras que el entorno rural era dominio de los señores, quienes hacían la vista gorda a toda suerte de salteadores, a menudo a sueldo de esos mismos señores, quienes permitiéndoles sus latrocinios se ahorraban pagarles sus salarios.

La cruz es el símbolo del cristianismo, no es de extrañar que el territorio delimitado por las cruces se considerase protegido, más en tierra de cristianos viejos como era Álava.

Los cruceros son cruces, generalmente de piedra, pero también de hierro o de madera, colocadas sobre una columna y, a menudo, un pedestal, que se situaban a la orilla de los caminos en las entradas de los pueblos y, a veces, en los cruces de caminos.

Crucero de Narvaja y la Cruz de piedra (actualmente desparecida) de Dallo
En aquellos tiempos las personas eran conscientes de la peligrosidad de los viajes. Paradójicamente, actualmente que las víctimas en viaje son noticia de todos los días, los traslados de un sitio a otro se han banalizado.

Las personas mayores todavía dicen no corras cuando se va a emprender un viaje, por mínimo que sea. La velocidad es un riesgo del que se ha perdido conciencia, a pesar de las estadísticas de accidentes de tráfico. En el pasado ese riesgo no existía, pero había otros peligros. Por eso había cruces que señalaban el recuerdo de aquellos que habían dejado la vida en sus viajes, por accidentes y, más a menudo, por encuentros indeseados con bandidos y maleantes. Actualmente los allegados a las víctimas del tráfico ponen ramos de flores allá donde fallecieron sus seres queridos, antiguamente se ponía una cruz.

Relacionadas con esos hechos delictivos también pueden verse cruceros en las plazas, pero en este caso son picotas, es decir, el lugar donde se exponía a los delincuentes a la vergüenza pública.

Estas picotas en su origen eran simples columnas de piedra, llamados rollos, pero posteriormente se les colocó cruces en su cúspide. También existía la costumbre de colocar cruces en los lugares donde había habido ermitas desaparecidas por cualquier causa. Otras cruces señalan la cima de algunos montes, por ejemplo Mirutegi, junto al Ballo, que puede verse desde toda la Llanada oriental.

El investigador alavés Victorino Palacios contabiliza, en su obra Patrimonio arquitectónico en la Cuadrilla de Salvatierra, algo más de una treintena de cruceros en la Llanada. Evidentemente hubo muchos más.


CRUCES Y CRUCEROS EN LA LLANADA

Antiguamente existían cruceros en todos los pueblos, pero muchos han sucumbido al paso del tiempo y al abandono o han sido robados. Tal es el caso del llamado Mojón del Apostolado, que estaba en la muga entre Agurain -Salvatierra y Gazeo y Heredia, junto al llamado río de los Apóstoles. 

Antiguo mojón desaparecido del Apostolado junto al río de los Apostoles Agurain

Lo que se ha llegado a conocer era el pedestal del crucero, probablemente del siglo XV, de planta octogonal, profusamente decorado, con relieves de ocho figuras de santos, entre ellos el apóstol Santiago con traje de peregrino, ya que se encontraba situado al pie de la antigua calzada, transitada hasta la actualidad por los peregrinos a Compostela. Este pedestal desapareció hace más de cuarenta años.

Antigua foto del Mojón del Apostolado entre Gazeo y Agurain

La riqueza de los cruceros va en consonancia con la de los concejos que los erigieron. Así se puede destacar los de Agurain, situados en las entradas desde Zalduondo, el de Ventaberri, y en la antigua senda de Langarika, hoy calle Dulantzi. Otro crucero, situado en el término de Arrikruz, en la antigua calzada romana, además del de la Madura también han desparecido.

Un crucero importante desde el punto de vista artístico, es el llamado El Crucifijo de Narbaiza, situado en la entrada desde el antiguo camino de Salvatierra. Está actualmente protegido por un tejadillo. La cruz en sí tiene un pie octogonal, situado sobre el capital de la columna, en el que aparecen tallados varios santos, entre ellos San Ignacio de Loiola, ya que el fundador de la Compañía de Jesús pasó por allí a principios de junio de 1521, camino de su casa en Azpeitia, tras ser herido en Pamplona el 23 de mayo de 1521.

Sobre este pie de cruz se encuentran tres ángeles. La cruz es de estilo manierista, de principios del siglo XVII. En su reverso aparece una talla de La Piedad.
 
Cruz desaparecida de Agurain junto al Lazareto.
Listado de cruceros

En el resto del municipio de San Millán/Donemiliaga existen otros cruceros. En Aspuru hay un crucero, sencillo, de piedra, en un cruce de caminos cerca del caserío Lomendi.

Existieron otras dos, hoy desparecidos, en la entrada del pueblo desde Larrea, en Zubialto, y en la del camino de Zuhatzola.

En Latxe, hoy en término de Aspuru, que antiguamente perteneció a Barria, hay una sencilla cruz que probablemente señale el lugar donde estaba la parroquia de este pueblo. En Egilatz hay unas cruces que pertenecen a un Vía Crucis y no son propiamente cruceros.

En Galarreta la cruz de Arramendi se encuentra en el punto por donde entraba el Camino Real de postas desde Luzuriaga. Hay otra llamada Cruz de la Plaza del Prado.

En Narbaiza, además del descrito, hay una sencilla cruz junto al puente, en la salida del antiguo camino a Heredia. En Bikuña queda la base de un crucero.

En Zalduondo merece especial atención la cruz de Zubizabal, en la salida hacia Agurain - Salvatierra, del siglo XVI, que ostenta el escudo de los Lazarraga. 


En la fachada del Ayuntamiento de Agurain existe una cruz que recuerda el asesinato el año 1750, del carcelero, Domingo de Aldanondo y de su hija Teresa, por dos presos que se fugaron. La cárcel estaba situada entonces en la Casa Consistorial.

Las cruces de las plazas de Alegría-Dulantzi y de Elburgo, así como la llamada Cruz de Milano de Araia, que antiguamente estaba en la Herriko Enparantza, son en realidad picotas o rollos jurisdiccionales, donde se ataba a los delincuentes.
 

Las cruces de Andramari, en Zuhatzola, así como las de San Pedro y San Martín de Luzuriaga, así como la que había en Marantxona, entre Audikana y Gebara, y la de Latxe, en Aspuru, indicaban la ubicación de ermitas desaparecidas.
 

En Langarika existe una cruz de la que se dice que tiene propiedades curativas. Se dice que aquellos que padecían dolores en las piernas, debían morder los clavos que cuelgan de los brazos de la cruz y así se curarían.

El Ayuntamiento de la villa de Elburgo/Burgelu, fundada en 1337, colocó hace poco tiempo cruces en el contorno de su término municipal. Con ello querían significar, conscientemente o no, que el territorio englobado por esas cruces estaba bajo la autoridad y la protección de la villa.

Alcance y Contenido

Vista lateral de la cruz de término; presenta una basa hexagonal de gran perímetro en su parte inferior mientras se reduce en la superior de la que surge una columna lisa y con éntasis. Sobre esta se asentaba fino capitel gótico formando un tambor hexagonal que ofrecía en sus seis caras imágenes finamente labradas de seis santos, todos ellos bajo doselete y separados entre sí por unas columnillas. En el reverso estaba esculpido Nuestra Señora con el Niño y en el anverso un Crucificado. Al fondo, el pueblo y el paisaje que le rodea.

FOTOS Y ESCRITOS:

FERNANDO SANCHEZ ARANAZ
GERARDO LOPEZ DE GUEREÑU
KEPA RUIZ DE EGUINO

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