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jueves, 17 de marzo de 2022

El muro de los navarros

 

SIERRA DE ENTZIA (Alava)



Paseo otoñal por el hayedo mejor conservado de Alava, con una fantástica historia de conflictos.


El muro de los navarros en Entzia


No es el muro de Adriano que tuvo 118 kilómetros de extensión por 4,50 metros de altura y tenía funciones defensivas además de cerrar el paso de costa a costa de Gran Bretaña. Tampoco el desdichado muro de Berlín , ni la grandiosa muralla china, pero los montañeros que se acercan a ese paraíso de la naturaleza llamado Entzia se encuentran esta pared cuando van hacia el Este.

Su construcción no es un gesto fraternal que se diga. Simplemente, delimita las tierras navarras de las alavesas. Lo tuyo, allí y lo mío, aquí. Tu, Urbasa (Amescoas) y yo Entzia, dos nombres para un mismo paisaje, para una misma forma de gestión, aunque siempre ha habido un pique tremendo entre los propietarios de ambos espacios para demostrar que se cuida mejor el bosque de hayas en un sitio que en otro.



Si hablas con los vecinos de Contrasta dirán que los suyos son los mejores hayedos. Lo mismo que los de las Amescoas y ambos se gestionan con las parzonerías que son instituciones medievales. Tiene un metro de ancho y 1,40 de alto. no es una obra cualquiera.

Fue construida en 1928 y frenaba un enfrentamiento secular por los mojones. La pared tiene aproximadamente unos 7 kilómetros de longitud y evita el trasiego de vehículos y sobre todo de ganado. Siendo sinceros hay un punto de desconfianza desde los de un lado hacia los del otro. Y una metáfora de nuestro tiempo.

Salvo ese muro, el paisaje de la sierra de Entzia o el de Urbasa es de los que no se pueden olvidar. Hay un abrazo entre la naturaleza y los humanos, representados en este caso por los ganaderos y los vecinos de los pueblos del entorno de la sierra que sabían que esta belleza era además un recurso económico.



Y en vez de destruirlo han tratado durante años de que les durara. Lo que ahora llamamos un desarrollo sostenible. Pues eso es lo que han hecho los vecinos de estos pueblos que cortaban árboles solo cuando hacía falta y tenían buen porte, mientras ya preparaban las fincas con los nuevos árboles. O delimitaban el número de reses que podía subir a pastar. Y no han faltado pleitos y desencuentros y pactos. Pero hablamos de decenas de años y un sustrato de solidaridad que les ha permitido gestionar estas 5.000 hectáreas (Entzia) de una forma muy efectiva.



La Parzonería es una especie de comunismo medieval. Hay noticias escritas relacionadas con la gestión de estos espacios desde 1293. Todo es de todos, pero regulado, con reglas. Y su fuerza es tal que ha sido capaz de frenar el intento de crear desde la Diputación y el Gobierno vasco el parque natural de Entzia.

Para encontrarse con el muro hay que ir hasta Opakua y al llegar el puerto tomar la pista que sale a la izquierda unos 7 kilómetros, siempre hacia el Este hasta que nos damos de bruces con unos pedruscos gigantescos que no nos dejan pasar en coche, pero si a pie y en bicicleta.


EL MURO DE LOS NAVARROS


LA GRAN MURALLA DE LOS NAVARROS


Se podría ir hasta Urbasa si no fuera porque una "gran pared" a modo de la Gran Muralla construida por los navarros en torno a 1920 impide seguir el camino.

No es símbolo de buena vecindad y sí de desconfianza, pero los pueblo de las Ameskoas, dueños de otro hayedo llamado Las Limitaciones se hartaron un día de ver como se llevaban la leña por la carretera, aunque la acusación es mutua, porque también desde la Parzonería de Entzia denunciaban la entrada de sus animales a pastar y de la recogida de árboles alaveses por parte de los navarros.

El muro tiene nos siete kilométros en la muga alavesa y continúa otros 13 por tierras navarras separando comunales de unos pueblos y otros. A lo que no está dentro, los amescoanos lo llaman "lo del rey".


Los litigios por bosques y pastizales tan ricos han existido desde las primeras comunidades pastoriles que se aprovecharon de este tesoro natural, hace más de 6000 años .

Las parzonerías (una palabra derivada de parcionero) tienen entidad propia y diferenciada de sus propietarios y gestores que son los Ayuntamientos del Valle Arana, Asparrena, Salvatierra- Agurain, San Millán y los pueblos de la montaña de Roitegui y Onraita.

Son esta viejas instituciones, tan antiguas como las hayas, las que frenaron en su día la declaración de parque natural, que ya tenía elegido el parketxea en la vieja granja de Iturrieta, un laboratorio del cultivo de la patata, ahora en decadencia. Pero su razón es incontestable.

Si la Parzonería no lo hubiera gestionado este bosque estaría arrasado.


Textos y fotos:
Francisco Gongora
Kepa Ruiz de Eguino

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