Beaterio de San
Pedro
En la actualidad convertido en convento de
Clarisas con el mismo nombre. Todo comenzó con doña Juana García de Lequedana,
hija de Juan Ibañez de Lequedana, vecina de la villa; dejó manifestado en su
testamento que:
Sabemos los nombres de las siete profesas de
entonces: Juliana Fernández de Lecea (vicaria), Mari Sáenz de Lorenzo, Catalina
Sáenz de Alaiza, Francisca Hernández de Munain. María Ruiz de Arrarain, Brígida
Martínez de Jauregui y Ana Ruiz de Gauna.
Convento de
Clarisas de San Pedro
Este convento de clarisas tuvo su origen en
un beaterio fundado por Juana García Ibáñez de Baquedano en 1446, pero fue en
1611 cuando la orden de Santa Clara se instaló en la villa. Tras varias
ubicaciones diferentes, las monjas hicieron levantar un nuevo convento en el
siglo XVII. La iglesia empezó su erección en 1679 con Lucas de Longa y terminó
en 1685 con Felipe de Ezcurra y Martín de Balanzategui.
Esta iglesia tiene fábrica de mampostería y
planta de cruz latina con tres naves, la central más ancha. La cubierta es de
bóvedas de arista en la nave central y el crucero, de cañón con lunetos en el
resto. En el exterior luce escudo de Salvatierra.
En su interior se puede ver el retablo del
siglo XVIII, de estilo churrigueresco. Tiene un cuerpo de tres calles y remate
semicircular. Toda su estructura está decorada con elementos vegetales
típicamente churriguerescos como cogollos, pinjantes y hojarasca. El titular,
dispuesto en la parte alta, es San Pedro y está vestido de pontifical, tocado
con tiara y portando llaves y cruz de triple crucero. El nicho central lo ocupa
una Inmaculada Concepción del tipo acuñado por Gregorio Fernández. A los lados
tiene a San Francisco y Santa Clara, fundadores de la Orden. En el banco hay
unos relieves de Santa Catalina, San Miguel, San Blas y Santa Lucía, que pueden
pertenecer a otro retablo.
En la iglesia y el convento existen otras
tallas destacadas, como son una de San Antonio de Padua firmada por el escultor
napolitano Francesco di Nardo y que está formando pareja con un San Pedro de
Alcántara, ambas del siglo XVIII, otro San Pedro neoclásico del escultor de
Logroño Esteba de Ágreda realizada antes de 1814, y dos Cristos Crucificados,
uno del siglo XVII y muy destacado por la delicadeza de su talla.
La congregación de las hermanas
Clarisas de Agurain, tiene su origen en el beaterio de San Pedro.
Se fundó en año 1446, residieron en varias ermitas hasta que en 1611 se trajeron dos madres de Santa Clara de Vitoria y se ubicaron en el solar que va desde la Puerta de las Carnicerías hasta San Juan.
En 1679, se inicia creación de la Iglesia. En su entrada aparece el escudo de Salvatierra con la leyenda “La leal Villa de Salvatierra” y en el interior de la Iglesia también aparecen otros escudos.
En 1764 fue
destruida por motivo de un incendio, reconstruyéndose las partes dañadas. En el
siglo XIX las monjas tuvieron que abandonar el edificio por los conflictos
bélicos, ya que se usó el convento como fortaleza y cuartel de las tropas.
La iglesia está distribuida interiormente en tres naves siendo la central más ancha que las laterales soportada la estructura en pilares con pilastras de orden toscano, y cubierta la nave central por una bóveda de aristas. En las pilastras laterales aparecen más escudos de la Villa.
El retablo data del siglo XVIII, con la imagen de María Inmaculada en el centro.
En la zona de clausura se hallan diversas
esculturas, como una de san Pedro, neoclásica, y una de Cristo del siglo XVII,
que se halla en el presbítero de la Iglesia. La campana perteneció a la ermita
de Paternina y pasó al convento en 1747.
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