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lunes, 21 de marzo de 2022

Ermita de San Vitor

 

Ermita y Romería de San Vitor

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HISTORIA DE LA ERMITA DE SAN VITOR



En las estribaciones de los montes de Vitoria, en pintoresca situación, dominando los campos de la Llanada, se encuentra esta ermita dedicada a San Vítor, que es considerado como protector de los sembrados y abogado contra las enfermedades nerviosas, en especial del dolor de cabeza.

San Vítor debió vivir entre el siglo IX ó X, siendo natural según la tradición, del lugar de Elorriaga en Älava, cuyo concejo iba todos los años hasta la ermita para parar un "óbolo" de 14 reales, destinado a su culto. Una pequeña heredad, a la entrada de éste pueblo, recibía el nombre de la "pieza de San Vítor". La primera referencia histórica que existe del mismo, data del año 1049. Se trata de una carta de donación, por la que el Señor Munio Tellez, ofrece al monasterio de San Millán de la Cogolla, el pueblo de Gázeta y el monasterio de Ezkibal, situado – dice el documento- cerca de la ermita de San Vitor ("qui est situm juxta Sancti Victoris").
  


ERMITA DE SAN VITOR DE GAUNA

Se trata de una edificación de tipo rural,  tanto en su conjunto como en sus distintas partes, coro y sacristía.

Este santo trillador natural de Elorriaga en Álava, subido en el trillo en el altar barroco de la ermita, con San Bernabé en la parte superior y la Presentación de Jesús y San Juan Bautista, en ambos laterales. Diez ducados le dieron a Esteban de Velasco en 1603 por tallarla y otros cinco a Diego de Abona por dorarla.

Se sabe, según Micaela Portilla, que entre los años 1627 y 1629 se hizo en ella mucha obra que debió ser casi una reconstrucción. La ejecutó el cantero Juan de Berder, tal y como aparece en el Libro 1º de la Ermita de San Vítor: "En las cuentas de estos años se paga por hacer el camino, se deshace la iglesia, se adquieren y acarrean materiales y se hace "el paredón fuera de la iglesia" y otro "pedazo de pared hacia la puerta". Contribuyen a la obra el señor de la villa y los vecinos."


En el año 1753 volvieron  iniciarse grandes obras que afectaron no solamente a la ermita sino también a las edificaciones anejas. Intervinieron el albañil Juan de Saracibar y los canteros Matías de Saracibar y Juan de Iduya. Las reconoció el cantero Francisco de Alday. Se terminaron con el abovedamiento de la sacristía en 1766.

Romería de San Vitor año 1930, foto de Yanguas


De estilo neoclásica y realizada en 1760 con las obras anteriores por Juan de Iduya.

De estilo barroco el pintado y decorado. Mucha decoración de hojarasca, guirnaldas, mensulones, columnas salomónicas, nichos muy decorados, con grandes penachos y aletones en el ático.


Lo ejecutó en 1720 Manuel de la Concha, escultor de Orduña, hizo la imagen de San Vítor, que está en el nicho central. Es un tanto ingenua, con vestimenta de la época, y dos caballos tirando de un trillo. La peana voluminosa se debe a Juan Ángel.

En las dos calles laterales hay dos pinturas flojas de San Juan Bautista y San José y en el ático un Santo anacoreta con rosario.

Realizó el dorado del retablo e imágenes Antonio Jiménez en el año 1721, según las trazas y condiciones redactadas por los decoradores vitorianos Bartolomé de Andrada y Bartolomé de Arregui. (Se pagó por el retablo 1450 rs. Más 30 de mejoras; por el dorado 1230 rs. Y por la imagen del Santo 390 rs. Anterior a este retablo hubo otro que lo hizo José de Angulo en 1604, con una imagen del Santo debida a Esteban de Velasco y dorada por Diego de Avena.)

Los retablos laterales de finales del barroco. Columnas con dos tercios de fuste muy decorado y el superior acanalado. Según Micaela Portilla mal dorados y pintados.


Los hizo en 1767 Tomás Ramirez de Ocariz. Años más tarde en 1769 los preparó para la pintura José de Moraza y los pintó y doró Francisco de Acedo.

Entonces se hicieron también las imágenes de San Isidro y Santa María de la Cabeza que están en el retablo de la derecha y la de Santa Bárbara situada en el ático del de la izquierda. El nicho central de éste lo ocupa una "Andra Mari".

La "Andra Mari" se trata de una imagen bella pero mal restaurada. Sedente sobre arqueta moldurada con cojín. Velo corto cayendo en zig-zag; túnica con abertura por delante ceñida con una correa; Manto con solapa cruzando sobre las rodillas, zapatos puntiagudos. Con su mano derecha muestra la manzana, con la izquierda sostiene el Niño. Este, sentado de frente sobre la rodilla izquierda de su Madre, con la mano derecha bendice y en la otra lleva un libro. Siglo XIV.


Romería de San Vitor de Gauna, foto de Yanguas años 30

El cráneo del santo reposa en el interior de una cabeza de plata y dicha cabeza se guarda todo el año en el interior de una caja de madera, con fuertes correajes, en posesión del ermitaño de Gauna, que va cada año rotando de vecino en vecino. El resto de los huesos se conservan en una serie de relicarios encristalados que aparecen al girar sobre sus goznes el frontis de la parte media del altar, a modo de puertas que se abren. Un texto intercalado en su mitad permite leer algunas palabras medio desvanecidas que dicen "Año 1587, aquí están depositadas  las santas reliquias se hallaron el año... el día 7 de Octubre del mismo año en una caja de piedra.."


El resto no es legible. Según un documento del Archivo de Gauna, del cura párroco de la Villa en 1823, don Juan José Díaz de Arcaya, se hallaron al hacer una obra en dicha fecha, "que daban suavísimos olores", y que se tomaron por nuevas reliquias del santo.

Orfebrería, busto relicario de plata. De él nos dice el libro de cuentas de la ermita, en 1616: " Una caxa de plata amodo de cabeza adonde se acomoda la cabeza del glorioso santo que pesa 31 ducados y más de veinte ducados de hechuras que valen 19.074 ms."

Es conocido que San Vítor era un campesino metido a anacoreta y antiguas escrituras de Gauna sobre apeos y mojoneras señalan límites y demarcaciones hasta la "Era de San Vítor", junto a su ermita. Arado en mano dice una leyenda que llegó hasta la misma, desde Elorriaga y que "en línea recta, por donde pasó, se nota porque el trigo crece menos alto".

Grabado de San Vitor de Gauna

LEYENDA

Los vecinos de Gauna quisieron edificar un santuario dedicado a San Vítor, labrador, en el término llamado "Donoste", situado cerca del pueblo.   Mas todo lo que hacían en un día a la mañana siguiente aparecía en lo alto del monte, a donde el Santo, se había retirado con sus bueyes (Eusko-folklore 1.925).

Por lo cual no queriendo resistir a la voluntad del Cielo tan manifiesta, construyendo en este lugar una ermita, la cual subsiste todavía, siendo hasta hace unos años, uno de los santuario más concurridos de Álava.

(Comunicado en 1924 por Don Saturnino Pérez de Onraita del pueblo de Gauna).

El mundo en la mente del Pueblo Vasco (de J.M. Barandiaran).



LA ROMERIA DE SAN VITOR


Estos montes que se encuentran encima de Gauna y de la Llanada son asiento de uno de los más reputados santuarios alaveses, centro que fue antaño de multitudinarias peregrinaciones. Hace unos años el ambiente de fiesta era extraordinario y con gran devoción por parte de la gente campesina. Carros de mulas adornados con flores, caballerías y hasta trenes especiales del Vasco Navarro llenaban estos lugares con música y bailes de alegres peregrinos.

Hoy en día se ha perdido aquella gran concurrencia pero se siguen celebrando los oficios religiosos como manda la tradición, y se sigue, también, "pasando" el agua por la cabeza de plata con el cráneo de San Vítor, considerada por las gentes de fe, como eficaz para las enfermedades nerviosas, después de ser bebida.



Fue en este paraje sobre la Llanada Alavesa donde se retiró para vivir en soledad y penitencia. San Vítor, natural de Elorriaga (Alava) cuando sintió la llamada de Dios. Cuenta la leyenda que cuando ascendía hacia lo que hoy es la ermita uno de los caballos resbaló y horadó con la pezuña un agujero del que empezó a surgir agua: Es la fuente que actualmente se llama de la Herradura o de San Vítor, dicho manantial se dice que tiene poderes curativos.

Hasta hace unos años la fecha de la romería o peregrinación se celebraba el 12 de Junio, pero en la actualidad se ha desplazado al 5 del mismo mes. Los vecinos del municipio de Iruraiz – Gauna ascienden a la ermita del santo situado bajo la cima del monte Itxogana o Pico del Ave de 977 metros de altitud, desde el mismo pueblo de Gauna, por el barranco de Intxozabal, ascendiendo hasta llegar a la explanada de Latanka, cruzando un espeso bosque, aunque otros lo hacen desde el puerto de Azaceta o subiendo desde Santa Isabel de Gipuzuri
.


La ermita está construida sobre un espolón rocoso, a modo de balcón, con unas vistas imponentes. Los campos de Donoste y más allá la Llanada Alavesa con sus campos de cultivo, como un inmenso tablero de ajedrez, se cuadriculan en infinitas parcelas de cereal y patata.

Hasta hace unos años las paredes de la ermita lucían colgadas numerosas trenzas de pelo natural y cabecitas de cera, metidas en pequeñas urnas de cristal. Eran exvotos de los numerosos fieles y devotos agradecidos por las curaciones obtenidas por este santo alavés cuya fama y prodigios llegaba hasta las vecinas provincias de Navarra, Guipúzcoa y La Rioja, de donde acudían abundantes peregrinos.

Para hacernos una idea en los años cuarenta del pasado siglo tenía ochocientos cofrades de las cuatro provincias.



CRANEO, COPA Y DIENTES


En San Vítor de Gauna se conserva el cráneo del santo, los peregrinos que suben a la ermita lo utilizan como copa para beber el agua que echan en él, a fin de curarse de enfermedades de la cabeza o evitar el dolor de cabeza.

Preside la misa el relicario en la cabeza de plata del santo, por el que se hace pasar el agua en acto de consagración: los romeros llenan sus botellas para disponer del líquido elemento cuando alguien caiga enfermo, tenga dolor de cabeza, se produzca un fallecimiento o incluso para asperjar sobre sus tierras, rezando un Pater, Ave María y Gloria, e invocando la protección del Santo. A esta agua que ha pasado por el cráneo de San Vítor se le atribuyen poderes curativos contra los males nerviosos y de cabeza (cuentan que el orificio del cráneo por el que se introduce el agua fue consecuencia de los grandes dolores de cabeza que padeció).

"Los peregrinos tienen también costumbre de tocar diversos objetos en el cráneo, tales como boinas, pañuelos, rosarios, etc.., para aplicárselos cuando sea preciso y llevan aceite de la lámpara del Santuario con el que se ungen la cabeza"  (5, año 1924 del Anuario de Eusko- Folklore)

Tras la ceremonia los romeros se reparten por la zona en las mesas preparadas para comer y pasar el día, si bien hoy en día no acuden tantas personas como hace algunos años, no falta la música para amenizar la mañana.


BEBER EN CRANEO

Se describe la magia homeopática o imitativa como un fenómeno según el cual causas semejantes producen efectos semejantes o que, en otras palabras, los efectos se asemejan a las causas. Esta es una manera de pensar muy extendida, especialmente entre los primitivos, cuenta Zinzarri en su libro "Euskadi insólita".
 
Los primitivos creían por ejemplo que los huesos de un muerto pueden utilizarse para producir ceguera o sueño en aquellos ante cuya casa se queman ocultamente o a escondidas o a quienes se les hace beber el agua que estuvo en su contacto, porque los muertos son ciegos y están sumidos en un eterno sueño.

En los pueblos de Sorlada en Navarra y Gauna en Alava guardan como un tesoro los restos mortales  de dos santos sepultados en sus ermitas San Gregorio Ostiense y San Vítor y utilizan los cráneos des sus ilustres de sus difuntos con absoluta consecuencia de sus virtudes mágicas. En ambos pueblos se razona de la siguiente manera: Si se hace pasar agua por el cráneo de un santo, adquiere automáticamente propiedades santificadoras, y más concretamente salutíferas, especialmente contra las enfermedades su asiento en el propio cráneo, contra las enfermedades de la cabeza. Así la meningitis, los dolores de oído, el baile de San Vítor y otras dolencias específicamente nerviosas que la afectan.


San Vitor de Gauna, romería de Junio, foto de Yanguas años 30


El propio sacerdote y eminente antropólogo J. M. Barandiarán en su "Mitología Vasca" no duda en calificar como mágicos los rituales que tradicionalmente se celebran en Sorlada y Gauna.

"El mundo de los magos, como cualquiera – dice-  con sus cosas y representaciones.   Según ellos, unas y otras están ligadas entre sí por una fuerza llamada "adur", de tal suerte que cuanto hagamos en las segundas, debe suceder fatalmente en las primeras".

ABOGADO DE LOS GANADOS

Otra de las abogacías de San Vítor, menos conocidas, es la de la protección de los ganados, para lo cual solían llevar la cabeza del Santo para los lugares en que se solicitaba su mediación.

En el año 1774, la Reliquia fue requerida por Salvatierra "por razón de que biendo el estrago nunca visto que causaba la epidemia pestilencial en el ganado bacuno y boyal que reinaba en la Prvª de Guipuzcoa y Navarra que todos se morían sin que remedio umano, pudiese ser eficaz para su curazión...".



Al mismo tiempo, aprovechando el que la Santa Cabeza estaba en Salvatierra, recorrió la Reliquia la Hermandad de Iruraiz, según la nota siguiente:

"Y los otros trescientos rs. dio también  de limosna esta Hermd. De Iruraiz y diez y nueve pueblos de que se compone porque dispuso pasare y anduviese en rogativa la caveza y reliquia del Santo por todos ellos por la misma razón de la epidemia y mortandad del ganado, solizitando el remedio de tanto daño, que se consiguió que no pasó la epidemia pestilencial de dhos. lugares de Andoyn y Zalduendo raianos a la Borunda y Navarra donde hizo estragos"  

Libro de Cuentas del Santuario de 1774.

Poco después en 1777, se llevó en rogativala cabeza del Santo por los términos de Acilu, Adana, Ullíbarri y Jauregui, para remediar la devastación que causaba el ratón en los sembrados.

En el año 1798 son "diez y ocho rs. y veinte y ocho mrs. gastados por elAytº y vezinos de Gauna, en cuyo terreno se halla la ermita, dos veces que se bajó la reliquia caveza para imploral temporal de serenidad por la larga umedad que se experimentaba".



DEVOTOS DE SAN VITOR DE GAUNA


Cuenta Alfredo Feliu en su libro sobre "Tradiciones y Costumbres del País Vasco" a este reputado Santuario subía tantas devotos que no hay más que leer alguna de las numerosas proclamas enmarcadas que cuelgan de los muros, junto a la última cabecita cerúlea que aún resta en este Santuario y que dicen así:

"Yo, Carmen de Letona y Acha, confieso que estando mi padre querido don Francisco Letona con un fuerte ataque cerebral desde hacía 18 días...se hizo la oferta y desde entonces empezó a sosegarse y dos días después le sobrevino una soñera que le duró dos días; su cuerpo lo tenía completamente llagado, efecto de las muchas cantáridas (sanguijuelas) que le pusieron; su cabeza deshizo muchísimas vejigas de nieve.. no bastaban cuatro hombres para sujetarlo... Pues bien, queridos lectores, mi buen padre hoy trabaja bastante bien. Os recuerdo que si alguno de vosotros padeciera enajenación mental, hagáis una parecida oferta, y no lo dudéis, que por la intercesión del glorioso San Vítor alcanzareis las mismas gracias.

Los firmantes convidan hasta a los más incrédulos a que lo hagan. Eguilaz a 1 de Mayo de 1901"


Subiendo en moto en 1930 a la romería de San Vitor de Gauna


Y una segunda:

"Alabado sea Dios en sus Santos. Confieso yo, Catalina Gárate, habitante en Vitoria, que hallándose mi hija Josefa Echevarría padeciendo una enajenación mental en los incurables de Zaragoza, sin esperanza alguna de alivio, sin un favor especial del Cielo, recurrí a la intercesión de San Vítor el 31 de Diciembre de 1894 y el día 9 de enero de 1895 recibí carta de la superiora de Zaragoza en la que me decía que mi hija Josefa había recobrado la razón, sin que pudiera atribuirlo a otra cosa que un verdadero milagro.

Cuan grande es y cuan poderoso lo que os llevo manifestando, por este hecho se demuestra el gran valimiento que el Glorioso San Vítor tiene ante el trono del Altísimo, acudid con fe a él y veréis, los que tengáis algún padecimiento, por experiencia propia, lo mucho que vale tan magnánimo intercesor".


En fe de ser verdad cuanto llevamos manifestando lo firmamos. Catalina Gárate y Josefa Echevarría"

Es hacia el mediodía cuando se celebra la misa con sermón, numerosa gente se acumula en el exterior de la ermita, mientras que el párroco de Gauna, ayudado por el ermitaño, en el interior, procede a "pasar" el agua por la cabeza de San Vítor. Dicha operación se efectúa con toda sencillez, valiéndose de un pequeño embudo de plata que se coloca en un agujero realizado en  la coronilla del Santo, por donde, con una jarra, se va vertiendo el líquido, que vuelve a salir lanzando un chorro por la boca y recogiéndose en un balde. Agua que ha sido recogida de una de las tres fuentes que manan en los alrededores de la ermita, llamadas de la Herradura, porque una de sus piedras conserva, como ya hemos contado anteriormente según la tradición, la huella del golpe de una patada del caballo de San Vítor, que la dejó impresa e hizo brotar dicha agua.



El sacerdote pronuncia entonces, las palabras siguientes, bendiciéndola:

"Señor Dios Todopoderoso, que eres la fuente y el principio de la vida, del Cuerpo y del Espíritu Santo, dígnate bendecir esta agua que vamos a utilizar con fe, para implorar el perdón de nuestros pecados y alcanzar la protección de Tú gracia contra todas las enfermedades y acechanzas del Enemigo. Concédenos Señor por medio de Tu misericordia, que el agua viva nos sirva siempre de salvación para que podamos acercarnos a Ti con un corazón limpio y evitemos todo mal del alma y cuerpo. Por Jesucristo Nuestro Señor, amén."

Concluida la misa, toma el sacerdote la cabeza de plata entre las manos y la ofrece a besar a los fieles, que van pasando ante la misma, tras de lo cual salen al exterior. En este momento, el ermitaño junto a la entrada, con su balde de "agua de San Vítor" a los pies, va distribuyéndola en los vasos a quien la solicita. Se trata de un agua fría, limpia, totalmente insípida, que se ingiere con total naturalidad. Aunque es también, para los hombres de fe, dice Feliu, una linfa augusta, salutífera y bendita, que ha corrido por los huesos de un bienaventurado y que se ha cargado de su virtud, de su poder. ¿Y quien, en este mundo, no necesita que le alivien, que le ayuden con los problemas, etc..?

Aunque la terapia, el remedio, puedan estar –paradójicamente- en un humilde vaso de agua.. Y que por la gracia de San Vítor, sobre todo, cuando lo que nos falla o nos sumerge en la melancolía está en ese noble órgano que llevamos sobre los hombros. Ni medicaciones especiales, ni drogas, etc.., simpleas vasos de agua. Eso si con la fe, mágica o religiosa y la protección de este santo alavés.



LAS VISPERAS

A pesar de que la fiesta ya no es lo que era en pasados tiempos, cuando la devoción popular alcanzaba a numerosos e importantes núcleos de población, se realizaba como lo marca la tradición, incluso las vísperas, eran espléndidas.

Las vísperas, en el pueblo de Gauna congregaba los vecinos a las tres de la tarde, primero se pasaba lista y a continuación se emprendía camino hacia la ermita, precedidos por la cruz y ciriales. Se subía un carro cargado con una barrica de vino y provisiones, ya que el ermitaño ofrecía un cabrito asado a los romeros y devotos del pueblo. Llevaban también el armonium para decir misa. Sólo ascendían los hombre, padres de familia. El ermitaño a su frente, con la cruz, todos rezando la Letanía.


Romería de San Vitor de Gauna en Alava


En la ermita se rezaba el rosario y señor cura "pasaba" el agua por la cabeza del Santo, que allí mismo bebían. A continuación bendecía los sembrados, con un hisopo adornado con flores. A la bajada, muy alegres todos, bien comidos y bebidos, eran recibidos por el txistu que salía a su encuentro acompañado por los mozos. Los hijos salían a recibir a los padres y juntos echaban un baile con chicos y chicas, a continuación se pasaban por la casa del Sr. Alcalde, donde tomaban café, copa y galletas. Mientras, los mozos iban recorriendo las cinco casas del Concejo (dos del Ayuntamiento) y tres de la Junta Administrativa), donde de nuevo bailaban "a lo suelto" y eran obsequiados con unas nueces y vino.

El día de la festividad comenzaba entre cohetes y rezo del rosario, en Gauna y, para las diez de la mañana se celebraba la misa en la ermita, donde se encontraba congregada una gran muchedumbre de peregrinos de toda Alava, y de las provincias limítrofes, de la Rioja, Navarra principalmente; recuerdan en el pueblo que llegaban con sus carros y caballerías adornados con ramajes y flores.

Toda la explanada se llenaba de personas, animales, carros y numerosos puestos de almendreros, rosquillas y bebidas.


Algunos recuerdan que desde Estella llegaba un tren especial que paraba en el pueblo, Gauna, lleno de peregrinos, algunos de cuales ascendían el puerto descalzos hasta la ermita. Se colocaban exvotos en las paredes y era costumbre dar tres o más vueltas al Santuario, rezando y como marca la tradición, recogiendo una piedra a cada vuelta, que se llevaban a casa y se tenían en la mesilla de noche.


Gauna - Antigua estación del ferrocarril vasco - navarro


Tras la misa y el sermón desde el balconcillo de la propia ermita al exterior (en la actualidad está tapiado) se repartía el agua de San Vítor, con la cual se había llenado una cuba, tal era la cantidad de gente que la bebía o que llenaba con ella las botellas y recipientes que traían.

A continuación la gente se repartía por las campas y se hacía la comida en grupos y familias en torno a las tres fuentes, la de Mandio, la de la Herradura y la de la Teja y a su término el alcalde, acompañado de los dos mozos mayores, pasaba por los puestos de los almendreros, pastas, vinos y licores, llevando los postres a los curas, que comían con el ermitaño en la casa o refugio que hay adosada a la ermita. Todos los puestos daban algo de sus mercaderías y se recogían tantas limosnas, que algunos recuerdan que un año se bajó a Gauna un almohadón lleno de "perras" y pesetas, también recordaban la alegría y festiva camaradería que presidía esta romería, llena de bullicio, en la que no faltaban los txistus, ni las guitarras, ni los cantares en grupos, tal y como contaba Raimundo Uribe, padre del ermitaño Blas Uribe en el año 1980.



Hoy en día, todo esto ha desaparecido y es sólo el recuerdo de nuestros mayores, la fiesta tuvo su tiempo y su razón de ser. En la actualidad ya sólo unos pocos se acercan. La hermosa cabeza plateada del santo, cuenta Feliu, que ha visto multitudes, sigue manando agua para unos pocos, gente, incluso, sin fe, pero que ama los viejos ritos y tradiciones, las viejas costumbres cargadas de connotaciones significativas. Pero siempre que se sube a éste hermoso lugar te encuentras que tiene algo especial, allí en las alturas de la ermita un vaso de agua de San Vítor continúa refrescando el cuerpo y el espíritu.     


RELIQUIA PEREGRINA

Periódicamente el relicario partía a recorrer los pueblos afectados por las plagas o por epidemias del ganado, puesto que se consideraba al santo protector de los campos y animales. Los peregrinos tenían también la costumbre de poner al contacto de la cabeza objetos como boinas, pañuelos, rosarios, etc... para luego aplicarlo a la cabeza en caso de necesidad y tomaban aceite de la lámpara del Santuario con la que ungirse la cabeza.



BENDICIÓN DE LAS PATATAS EN GAUNA


Una de las primeras denominaciones que recibió la patata en Euskal-herria fue la de "lurpekosagarra" que hoy en día se mantiene en algunos lugares de la Llanada. Su significado es "manzana de suelo" idéntico al nombre francés (pomme de terre).

Dado que no tenía gran aceptación, en 1817 las Juntas Generales de Alava obligaban a los agricultores a sembrar patatas al menos en tres celemines de sus tierras y a las autoridades civiles y párrocos a que propaguen sus excelencias
.

La patata que ha apagado olas de hambre, nos ha dejado también excelentes platos como la porrusalda, la patata en salsa roja, el marmitako o la tortilla de patata, inventada por un cocinero del general Zumalakarregui en la segunda guerra carlista.

La sabiduría popular  decía en un antiguo refrán alavés que quien llevaba una patata en el bolsillo no le atacaba ni el reuma ni la gota. Y en Gauna existe una tradición, recogida por José M. Barandiaran, de bendecir los campos de patata con la calavera reliquia de San Vítor, para asegurar buenas cosechas.


RODEOS BENEFICOS A ERMITAS


De la práctica de rodear las ermitas, es creencia en varios lugares de nuestra zona.

Es creencia bastante difundida entre los devotos de San Vítor de Gauna que , si dan tres vueltas alrededor de la ermita del Santo, rezando en cada una un Padrenuestro, se quita el dolor de cabeza.

Dado lo áspero del lugar , es harto difícil rodear la ermita.

En Onraita (Alava) dicen que al sacar en procesión la imagen de un Santo, debe rodearse completamente la iglesia donde se le venera, a fin de que sea eficaz la oración.


Rezo del Angelus en la Llanada Alavesa, familia Ruiz de Infante, la niña que acompaña a su padre en el rezo junto a los bueyes es la tía de Zazpi “la liebre”.


San Vítor de Gauna


San Vítor de Gauna o San Vítor Labrador (San Bitor en euskera) fue un santo anacoreta alavés. Muy poco se conoce sobre su vida, pudiendo ésta ser legendaria y estar confundida con las tradiciones de otros santos.

Según la tradición más extendida, fue un labrador de la aldea alavesa de Elorriaga, según otras tradiciones) que se retiró en la antigua ermita de San Bernabé, cercana a la localidad de Gauna (actual Monte San Vítor) para rendir culto a Dios. San Vítor vivió en santidad en dicho lugar hasta su muerte.

El primer documento que se habla de San Vitor es del año 1049. se trata de una carta de donación por la que el magnate Munio Tellez ofrece al Monasterio de San Millán de la cogolla el pueblo de Gázeta y el Monasterio de Ezquibal, situado -dice el documento- cerca de San Vitor:
 "qui est situm juxta Sancti Victoris".


Culto a San Vítor


Existen noticias sobre el culto a este santo en Álava desde mediados del siglo XI. Posee una ermita de su advocación en la localidad de Gauna, cerca del lugar donde supuestamente vivió. En 1587 se encontró el supuesto cuerpo incorrupto del santo, conservándose desde entonces su cráneo en un relicario de plata barroco de principios de siglo XVII. Los demás huesos se hallan guardados debajo de la mesa del altar mayor.

Se suele filtrar agua por el cráneo del santo para bendecir los campos y curar las enfermedades de la cabeza. La devoción por este santo se extiende por toda la tierra de Álava, Guipuzcoa, Vizvaya, Navarra y Logroño. El Deportivo Alavés lo eligió como su patrono el 24 de Junio de 1924.

Cerca de la ermita está la "fuente de la herradura", así llamada por adoptar la forma de la herradura, y por haberla hecho -dicen- una de las caballerías de San Vitor, que al golpear con el casco la dura peña, sacó agua.

Su festivididad se celebra el 12 de Junio. Antiguamente también se subía los días de San Marcos y de San Juan Bautista. La actual cofradía ha señalado también el día de Ntra. Sra. de la Consolación, además del primer lunes de Septiembre en fiesta de acción de gracias y de sufragio por los cofrades difuntos. El primer sábado de Septiembre se celebra el día de la cofradía con una romería a su ermita.


Los romeros subiendo a San Vitor de Gauna a principios del siglo pasado


La cofradía


Un documento notarial fechado en Alegría en 23 de abril de 1758 dice que "se había renovado la Cofradía que antiguamente se hallaba fundada en dha. Ermita con el título del Santo". La cofradía se restaura en 1758 y vuelve a renovarse siglo y medio más tarde, en el año 1897 con la modificación de unir en ella las devociones de San Isidro y San Vitor siguiendo hasta nuestros días.

Danzas vascas en la romería de San Vitor de Gauna en 1930

BIBLIOGRAFIA:

"Vidas Populares: San Vítor de Gauna" de José Mª de Marigorta, Vitoria 1949.

Gure Herria "Tradiciones y Costumbres del País Vasco" tomo II, Alfredo Feliu Corcuera.

Catalogo Monumental de la Diocesis de Vitoria, Tomo IV, Micalea Portilla Vitoria 1975.

El mundo en la mente del Pais Vasco. José Miguel Barandiaran

Fotografías de Yanguas del Archivo Municipal de Vitoria -Gasteiz

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