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jueves, 17 de marzo de 2022

Solsticio II

 

EL SOSTICIO DE VERANO EN ENTZIA 2012


Antes del solsticio se decoran las cuatro grandes piedras y el centro con los 4 símbolos o elementos clásicos de la naturaleza, agua, fuego, tierra y aire, se  encienden las velas blancas o sahumerios y los inciensos, la gente se coloca en círculos y comienzan los ritos ancestrales alrededor del cromlech donde se van juntando  los participantes desde el atardecer, y donde se concreta la ceremonia, hasta pasada la media tarde, momento en que se unen todos para celebrar el rito del solsticio.


El cromlech de Mendiluze Entzia al amanecer del solsticio


Los sahumerios tienen una milenaria  tradición, ya que fueron utilizados en todos los cultos religiosos. Purificación o perfume mediante humo aromático:
dicen que el sahumerio libra de las malas vibraciones.


Amanecer en el cromlech de Mendiluze (Entzia) el día del solsticio


El solsticio es el "momento en que una enorme cantidad de energía solar ingresa al planeta por los polos. Son momentos de conexión con las fuerzas cósmicas o energías espirituales".

El término solsticio define la posición del sol con respecto al ecuador. El nombre proviene del latín sol sistere, que quiere decir sol quieto, (sistere del latín detenerse) ya que los romanos creían que el sol en ese momento paraba un instante su marcha. Astronómicamente, lo que ocurre es que, en ese momento, el sol está perpendicular al trópico de Cáncer, en la posición llamada cenit, que es la más alta de todo el año.

Esto es debido a que la tierra gira alrededor del sol con una inclinación de su eje de unos 24º, lo que provoca la alternancia de las estaciones y su oposición entre los hemisferios norte y sur. Por ello, el día del solsticio comienza el verano en el hemisferio norte y el invierno en el sur, así como es el día con más horas de luz en el norte y lo contrario en el sur.


Amanece en Entzia, en el cromlech de Mendiluze


Existen en nuestro planeta multitud de lugares donde la energía telúrica los hace ser especiales. Algunos de ellos fueron descubiertos hace miles de años por nuestros antepasados, y los consideraron sagrados, construyeron sobre ellos y dejaron su huella imborrable hasta nuestros días.

La Iglesia Católica situó la festividad de San Juan Bautista en el solsticio de verano. Este santo, llamado el "precursor", también "la voz que clama en el desierto", es el único de la cristiandad que no fue cristiano.


Cada año más de 16.000 personas se reúnen en Stonehengen para contemplar la inequívoca relación entre las piedras del famoso monumento prehistórico y la andadura por el firmamento del sol en el día que nos ilumina durante más tiempo, el día del solsticio de verano, en Mendiluze 15.950 personas menos contemplamos el mismo peregrinar del sol como hace 3000 años lo hicieron nuestros antepasados.



Stonehengen y Mendiluze son dos monumentos prehistóricos con 3000 años de antigüedad definidos como cromlech en los que se ha podido confirmar su relación con la posición de los astros, marcando momentos importantes del año astrológico. El primero se encuentra al Sur de Gran Bretaña cerca de Salisbury, el segundo se encuentra en Alava, en la parzonería de Entzia, al Sur de Agurain, en las campas de Legaire. Ambos sirvieron como lugar de enterramiento.

Los estudios de los arqueólogos establecieron que el cromlech vasco era un monumento realizado por las comunidades pastoriles que desarrollaron su actividad por nuestro montes durante el final de la Edad de Bronce y la Edad de Hierro (aprox. 1000 años A.C.).



En los años 60 Jorge Oteiza publicó "Quosque tandem"
 ensayo de interpretación estética del alma vasca "su origen en el cromlech neolítico y su restablecimiento por el arte contemporáneo". El polémico y genial artista oriotarra los consideró como espacios religiosos que tenían su origen en el Neolítico y los relaciona con el círculo solar y particularmente con el plenilunio.


Al atardecer la gente se acerca al Cromlech de Mendiluze para celebrar el solsticio


EL CROMLECH Y EL VACIO


El vacío como concepto estético, ha sido una constante preocupación en la obra y pensamiento de Jorge Oteiza que escribió: "El escultor del cromlech abre un sitio para su corazón en peligro, hace un agujero en el cielo y su pequeña cabeza se encuentra con Dios"
.

Señala Oteiza que los cromlech del país, esos pequeños cercos de piedra, como el de Mendiluze, que pueden verse en algunas zonas alejadas de nuestras montañas, son reflejo de la evolución experimentada por el hombre vasco prehistórico, del Paleolítico al Neolítico. Lo sorprendente del caso es que, apoyado obsesivamente en esos pedruscos de tiempos inmemoriales y tras efectuar una serie de disquisiciones.

Oteiza consiguió poner en movimiento una nueva, fascinante y revolucionaria gnosis vasquista.


Amanece en el cromlech de Mendiluze en Entzia como hace 3000


En contra de ciertas tendencias laicizantes, Oteiza afirmaba la existencia de un fondo religioso en el alma vasca. En una conferencia que pronunció en el año 62 en honor del "Aita"
 Barandiaran sobre el tema "El cromlech y las estelas funerarias", dijo lo siguiente: "Para describir las características del vasco original en el Neolítico, basta con resumir lo que el crómlech representa en la evolución prehistórica del arte".

Para la interpretación estética de Oteiza, el cromlech es un recinto sagrado, vacío y puro. En su 
"Quosque tandem" establece un paralelismo entre el crómlech vasco, microlítico (a escala de la persona, como lo designaba él, en oposición al megalítico europeo), y el euskara. Y dice que el arte y el idioma vasco se han ido construyendo mutuamente, quedando como testigos de nuestro pasado remoto. Afirma que el pastor del cromlech es el forjador de nuestra conciencia, al traducir la primitiva religiosidad estética en sentimiento religioso. El cromlech equivale a lugar sagrado, a iglesia, y piensa que el euskara tiene que conservar, en alguna zona del país, algún término que designe al crómlech con su raíz "hutz".


Oteiza fue siempre enemigo del colosalismo. Muchas veces afirmó que las estatuas muy grandes son para los pueblos cretinos, que al contemplarlas se sientes a sí mismos amplificados.

Se entusiasma con el cromlech y niega que su escasa monumentalidad deba interpretarse como un remedio degenerado de las grandes alineaciones megalíticas de Bretaña, Irlanda o Inglaterra. Para él era todo lo contrario, Representan el descubrimiento de un nuevo concepto monumental a escala humana.

En "Quosque tandem"
 declara con orgullo su total identificación con el propósito experimental del escultor de aquellas rústicas piedras prehistóricas que prefiguraban su teoría de la desocupación del espacio.

Hay quedan numerosas preguntas por hacer.... ¿Porqué hace 3000 años en países tan alejados los hombres crearon estos monumentos con una misma mentalidad, siguiendo rituales marcados por las estrellas demostrando el conocimiento de estos círculos para indicar las estaciones anuales o para elaborar unidades de tiempo para dividir el año???.

El sol marca el solsticio de verano en el Cromlech de Mendiluze en la Sierra de Entzia


Solo había un enterramiento, era algún hombre especial??.


Conocían estos hombres algunos secretos astronómicos como los aztecas, los incas o los antiguos egipcios?... para construir monumentos que actúen como medidores entre el hombre y las fuerzas poderosas del cosmos.

Como cada año el día 21 de Junio a las 21 horas sorgiñes, brujas y brujos de la zona se siguen reuniendo alrededor del cromlech para contemplar este fenómeno entre el cielo y la tierra. El círculo de Mendiluze, como otros cromlechs fueron erigidos para calcular los solsticios y los equinoccios.

Hace miles de año, el ser humano empezó a observar las estrellas en busca de patrones y reglas que lo ayudasen a entender el mundo. Su hallazgo fue algo fascinante y a la vez amargo: La historia de la astronomía es también la del hombre enfrentado a su pequeñez y a su insignificancia.

Se trata, por tanto, de otro hecho clave en la prehistoria europea: La prueba que nuestros antepasados, supuestamente bárbaros, conocían tanto el cielo como los babilonios, egipcios, griegos o indios.
 
Estas piedras fueron dispuestas de modo tal que señalaban solsticios y equinoccios y actuaban como calendario.



Desde su origen el "homo sapiens" ha levantado su vista al cielo. Descubriendo así determinadas reglas en los movimientos de las estrellas y del día solar y a partir de ellas construyó la teoría sobre el universo.

Tenemos que reseñar que los cromlech son monumentos funerarios que a diferencia de los dólmenes en ellos no inhumaban a sus muertos, sino que en ellos se les incineraban. En el caso del de Mendiluze, según los estudios realizados se trataba de una sola persona que podía ser el chaman o jefe espiritual.

Este monumento sepulcral data de hace más de 3000 años, entre finales del Bronce III y principios de la Edad de Hierro.

El 21 de Junio, al atardecer a las 21 y 21 podemos comprobar un curioso fenómeno, la sombra proyectada por la piedra más alta que está situada al Oeste, llegará hasta tapar la piedra del Este, marcando el solsticio de verano.

La mitología ha atribuido a los cromlechs a distintos seres, como gentiles, mairus, intxisus, lo más común ha sido creer que era cosa de Maixus de ahí su nombre de Mairubaratz, que es como se les conoce, "baratz" es huerto y según contaba el "aita" Barandiarán, que antes de haber cementerios e iglesias, era en el huerto al lado de la casa donde se enterraba antiguamente a los muertos de la familia.


EL SOLSTICIO Y LA IGLESIA – EL DIA DE SAN JUAN


En efecto, Juan el Bautista fue decapitado por el rey Herodes antes de que la Iglesia de Jesucristo fuera fundada. Juan, Jokhanaan según su nombre hebreo, era llamado así porque bautizaba en el río Jordán a quienes querían ingresar en su comunidad, entre ellos a Jesús que era su primo segundo.

Eran creyentes judíos, disidentes con el judaísmo oficial, que vivían en el desierto al margen de la  sociedad, de ahí el motivo de su prisión y ejecución.

Los ritos asociados con el solsticio de verano, cristianizados en la fiesta de San Juan, tienen profundas reminiscencias pre-cristianas, relacionadas con el agua, el amanecer, o lo que es lo mismo, la luz del sol, el mundo vegetal y el fuego, también símbolo del sol.



Es decir, evidencian cómo el agua y el sol propician el desarrollo del mundo vegetal.  

Si los romanos creían que el sol se paraba en el momento del solsticio, los antiguos vascos afirmaban que al amanecer de ese día podía vérsele salir bailando por el horizonte. En algunos pueblos de Euskadi, existía la costumbre de llevar a las iglesias, como ofrenda en el día de San Juan, flores y frutos para que el cura los bendijera. Con aquellas flores se adornaban después las casas.  


Amanecer en el Cromlech de Mendiluze en la Sierra de Enztia el día del solsticio de verano


También se llevaban helechos y otros vegetales, los cuales, una vez bendecidos, se quemaban durante las tormentas, en la creencia de que el humo que salía por la chimenea las amainaba. Se creía que el espino albar bendecido servía de pararrayos, así que se colocaba en las esquinas de las casas y en los cercados, para que protegiera del rayo a las personas y a los ganados.

A las ramas de fresno y de avellano también se les atribuía ese poder, lo mismo que a la flor del cardo, eguzkilore, que se clavaba en las puertas de las casas.  

Hay fuentes que es tradicional visitar al amanecer del día de San Juan, como la de Santa Marina de Agurain, cercana a Sailurtegi, donde quienes padecen enfermedades cutáneas acuden a lavarse en ella. También se considera saludable andar descalzo al amanecer sobre la hierba húmeda por el rocío.  


Escritos y fotos:

Zazpi Ruiz de Infante
Fernando Sánchez Aranaz
Kepa Ruiz de Eguino


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