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domingo, 20 de marzo de 2022

Estelas de la Llanada

 

Estelas de la Llanada

Cruces y Cruceros
ESTELAS DE LA LLANADA Y MONTAÑA ALAVESA
De OPAKUA/ENTZIA al VALLE DE ARANA

Aguirre Sorondo

La idea de la muerte y, por tanto el recuerdo de los difuntos, siempre ha estado muy presente en el comportamiento humano. Menhires, crómlechs, dólmenes, pirámides, mausoleos o templos funerarios son símbolos de esta constante, como lo son otras muestras artísticas de menores dimensiones pero igualmente ancestrales: las estelas discoidales.

Dos tendencias bien diferenciadas han dividido desde hace décadas a los investigadores sobre el origen de las estelas: aquellos que consideran que estas piezas eran en su origen manifestaciones del culto astral, y los investigadores que defienden la antropomorfía de las estelas, y en consecuencia que otras creencias motivaron su implantación.

La piedra, el material con que se tallaron estos monumentos funerarios. Muchos creen, desde una perspectiva "moderna", que el hombre tomaba el elemento que más a mano tenía, sin otras consideraciones espirituales.

Esto, como demostró Eliade, no fue así, sino al contrario: la dureza, la rudeza y la permanencia de la materia le hacían desempeñar más que una función religiosa, una función mágica: "La piedra protegía contra los animales, contra los ladrones, pero sobre todo contra la muerte, porque la piedra era incorruptible y el alma del muerto había de subsistir, como ella, indefinidamente, sin disgregarse".

La piedra se convierte así, en palabras de Eliade, "en un instrumento protector de la vida contra la muerte. El alma habita la piedra, como en otras culturas habita la tumba, que, por las mismas razones, se consideraba la casa del muerto.

Y, continúa Eliade: "El megalito funerario protege a los vivos de las posibles acciones nocivas del muerto en tanto que la muerte representa un estado de disponibilidad que permite ejercer influencias buenas o malas".

La colocación de estelas u otras obras en lugares donde se produce una muerte violenta, se revela así como pervivencia de un ancestral culto por el que las almas agitadas de los difuntos buscan en la tierra una imagen de piedra donde refugiarse durante el tiempo en que, de no haber ocurrido el inesperado hecho, tendrían que haber seguido vivos.

Vista frontal de una estela muy deteriorada y que sirve actualmente de mojó n en la divisoria Opacua-Contrasta. Es la única estela que queda en recuerdo de tres personas que murieron en invierno bajando a Salvatierra.
Vista frontal de una estela realizada en arenisca y con la fecha de 1873; s e encontró en la dirección del túnel de San Adrián, a la izquierda del camino.
Vista frontal de una estela discoidea decorada con una cruz. Se encuentra en la parzonería de Encia de Arriba, en el camino principal de Ullivarri Arana a Salvatierra, muy cercana al monte Esquibela. La leyenda cuenta que dos arrieros fueron sorprendidos por la nieve en viaje de la Llanada a Ulllibarri y al desfallecer un o de ellos, su compañero lo cogió y lo llevó hasta el lugar de la cruz donde murió.
Vista de la parte atrás de la estela de Kortagaina Vista frontal de una estela discoidea con decoración de motivos vegetales. Se encuentra en la parzonería de Encia de Arriba, en el camino principal de Ullibarri Arana a Salvatierra.
Vista lateral de una estela decorada con una cruz y casi oculta por la male za. Se encuentra en el término de San Vicente de Arana, situada en un llano en la antigua senda que llevaba a Alda.
Vista frontal de una estela que procede de Contrasta. Estuvo colocada en el ángulo de una finca llamada Crucidana donde convergen dos caminos que vienen del pueblo. Se hallaba tirada y rota en dos fragmentos grandes y varios pequeños; fue recogida por Higinio San Vicente, vecino de Contrasta, y depositada en el Museo Arqueológico.

Son éstos, ejemplos actuales del sincretismo entre la ancestral veneración al sol y las posteriores creencias cristianas. Yo mismo fui testigo en la localidad mexicana de San Juan de Chamula de un rito significativo: los ancianos del lugar, después de rezar en el interior del templo ante las imágenes sacras, salen al exterior y, en solemne recogimiento con el rostro hacia el sol, le dirigen sus oraciones.

Una primera observación del arte religioso de todos los tiempos, nos descubre la profusa utilización del símbolo solar: unas veces es la aureola que rodea la cabeza de las santas efigies, otras los recargados contornos de las custodias, o los famosos crismones de tumbas y dinteles que no son otra cosa que el nombre de Cristo en el interior de una circunferencia solar

Vista frontal de una estela situada en un altozano en el término de Changor reca, hincada oblicuamente y trabajada por ambas caras con una cruz.
La estela de Changorreca está situada en el término de ese nombre, pertenec iente al pueblo de Contrasta, a unos ochenta metros al sur de la carretera. Apar ece hincada en el suelo oblicuamente. Tiene una cruz grabada por ambas caras y e n la parte superior del disco hay también grabada una crucecita.
Estela de Entzia - Vista frontal de una estela hincada en la piedra; unica mente presenta el disco ya que el espigón se encuentra completamente soterrado. Presentaba la cruz como motivo decorativo y se ha practicado una cruz en el encuentro de los brazos de la cruz original .

El año 589 Recaredo reunió a todos los obispos de su reino en el Concilio III de Toledo, al que por vez primera acudía un obispo de Pamplona, dando la siguiente orden:

"Que los obispos en unión de los jueces destruyan los ídolos, y que los señores prohiban a sus siervos la idolatría".

Casi un siglo después, en el Concilio XII de Toledo celebrado el año 681, se reitera aún con mayor energía:

"Avisamos a los adoradores de ídolos, a los que veneran las piedras, a los que encienden antorchas, y adoran las fuentes y los árboles que reconozcan cómo se condenan a muerte aquellos que hacen sacrificios al diablo".
Para el investigador J.Goñi Gaztambide , no es simple coincidencia que se dictaran estos mandatos en presencia de los primeros obispos navarros, sino que por el contrario estaban fundamentalmente enfocados a los habitantes de ese territorio, los vascones. 

Diversos autores como Agustín Azkarate han demostrado con sus trabajos que el cristianismo, como hecho social y cultural, se asentó en el territorio vasco casi al mismo tiempo que en la mayoría de los pueblos europeos, es decir antes del siglo VIII. En ese siglo y el siguiente, las importantes corrientes inmigratorias desde la meseta contribuyeron de forma definitiva a la aceptación de la nueva fe, aun persistiendo cultos ancestrales.

La gran transformación medieval que se produce después del siglo IX significa un paso adelante en el
pensamiento, el arte y la técnica, pero también en ese periodo se funda la mayoría de los monasterios y conventos, muchos de los cuales aún hoy perviven; sólo en Navarra se edificaron 49 nuevos monasterios en el curso del siglo XI. 

Es en esta provincia y en el mismo siglo cuando empezaron a rotularse los cultivos y a plantarse enormes extensiones de viñedos. La producción agrícola se multiplicó para responder al fuerte incremento de la población.

Ya en el siglo XII se crea el priorato de Navarra, de la Orden de San Juan de Jerusalén, y poco después las órdenes mendicantes, como los dominicos, los franciscanos, etc.

Durante todo el siglo XII reconviertiéronse los viejos edificios de madera en obras de piedra, lo que atrajo a grupos de canteros ambulantes, que, al igual que los herradores, arrieros, carpinteros, doradores, etc., iban de villa en villa trabajando temporalmente.

Los cistercienses se expanden por toda Europa entre los siglos XII y XIII; conducidos a Navarra por Teobaldo de Champaña, su llegada marca el inicio del gótico.

Pero volvamos, antes de terminar, a la pregunta central de este trabajo: ¿fueron las estelas discoidales realizadas en un principio con carácter astral o antropomorfo?
Estela de Sabando
LA ESTELA: PIEDRA ANTROPOMORFA CON SIGNIFICADO ASTRAL

Hasta aquí hemos planteado los argumentos en pro y en contra de la teoría que defiende que en el culto astral está el origen de las estelas discoidales. Lo mismo hicimos con la hipótesis del antropomorfismo. A primera vista, ninguna de las dos ha superado la prueba. Y nos preguntamos nosotros: ¿acaso pudiera tener sentido una interpretación conjunta del fenómeno, es decir que la estela no fuera otra cosa que una piedra antropomorfa con significación astral?. Recuérdense, a propósito, las estelas celtas que presentaban al héroe ecuestre en el interior del disco solar.

El profesor Francisco Marco Simón explica la combinación de cultos astrales y necrolatría como una pervivencia de la época hallstática, en que se daban con frecuencia este tipo de motivos; Francisco Javier Zubiaur Carreño, otro autor muy a tener en cuenta, sostiene que los signos solares que decoran las estelas discoidales están relacionados con el culto solar de los antiguos poblados neolíticos, mientras que Mircea Eliade (1) cree que la erección de monumentos megalíticos fue la primera expresión del culto mixto funerario-astral.

A fin de combatir la idolatría e integrar a los pueblos de la península en la comunidad cristiana, desde los albores de nuestra Era el clero fue adaptando las creencias de los indígenas a sus propios cultos.

Unas veces será erigiendo templos y ermitas en lugares de antigua adoración pagana, otras ritualizando sus mismas prácticas (la adoración del fuego en la representación del Espíritu Santo, el agua en el bautismo, el sol como iconografía del Dios Padre) o asumiendo sus festividades (reconvirtiendo, como vimos, la fiesta de las divinidades solares orientales en la Navidad). Con la misma filosofía, resolvieron llevar las piedras paganas a las iglesias ritualizándolas y reutilizándolas con nuevos atributos, corolario de las enérgicas proclamas de los concilios de Toledo contra los "adoradores de piedras".

Pero si desde entonces el uso de la estela pudo verse alentado desde la curia -de aquí quizás la enorme proliferación de estelas en los siglos IX al XII, época de gran fervor cristianizador-, fueron los artistas canteros quienes las crearon.
Vista frontal de una estela apoyada en el talud del término que llaman Espino rasgado, muy cercano al camino que de San Vicente de Arana sube a la ermita de Santa Teodosia. Presenta decoración de motivos geométricos y vegetales.
 Cuadrillas de canteros ambulantes artífices de las hermosas tallas de cruces, flores, estrellas, etc., pero no exclusivamente, pues también los artesanos locales, en ausencia de aquéllos o simplemente por ahorrar costes, fabricaban sus propias piezas o las de sus vecinos. De modo que el que una pieza presente rasgos toscos no necesariamente significa que sea de gran antigüedad. Por el contrario, sólo estudiando el entorno y sus características originales podremos llegar a alguna conclusión, que siempre será provisional.
Resumiendo, en el tema de las estelas discoidales:

No tenemos una unidad geográfica (se dan en distintas zonas)
No tenemos una unidad temporal (se dan en distintas épocas)
No tenemos una unidad etnográfica (se dan en distintos pueblos)
No tenemos una unidad física (son distintas en formas y dibujos)
No tenemos una unidad ritual (unas son para señalar sepulturas, otras para recordar el lugar de un óbito)

Puestas así las cosas, si hay una definición cierta y común de las estelas discoidales es que son piedras de forma circular unidas al rito mortuorio.

ESTELAS DE ÁLAVA
 
RESUMEN
Antxon Aguirre Sorondo (1)
En el presente estudio se hacen públicas las características de cinco nuevas estelas discoidales aparecidas en territorio alavés: dos indígenas de época romana; otras dos medievales y la tercera posiblemente del XVIII o XIX.
Hace años que venimos estudiando el tema de las estelas discoidales, de las cuales hemos publicado varios trabajos: (1), (2), (3) y (4), entre otros.
 
Antes de entrar en la descripción de algunas estelas de Alava, es obligado agradecer a Juan Antonio Madinabeitia (5), Isidro Saez de Urturi y a Armando Llanos, su colaboración para la realización de este estudio.
Presentamos de cada estela los siguientes datos: 
SituaciónEmplazamiento, si se conoce dónde estaba ubicada. 
MotivoRazón de su presencia o el porqué fue colocada dicha estela en ese lugar.
DimensionesDiámetro exterior, altura total, ancho del pie.
MaterialClase de piedra.
DescripciónSe describe la estela por ambas caras, el pie y el canto. Cuando no se indica nada es
que carecemos de datos. Se considera cara A la que presenta la cruz o signo cristiano. En los dibujos la parte interior aparece sombreada, para así resaltar los diversos planos de la pieza, y con otra trama más gruesa los fragmentos que por erosión o rotura no son ya apreciables, procurando completar la pieza con un criterio lógico siempre y cuando los datos que tengamos nos lo permitan.
Hemos mantenido en todas las piezas la misma escala.
 
ESTELA  DE SAN VICENTE
 
SituaciónLa encontró Longinos Abajo Alday al hacer unas obras de mejora del suelo en la "Casa Martín" (calle Montoza, nº 53) de San Vicente de Arana.
Fig. 5: Estela de San Vicente de Arana.
Foto estela nº 4, procedente de San Vicente de Arana.
Motivo: Según contó Longinos siempre se dijo que el pueblo de San Vicente de Arana estaba situado en los solares ahora conocidos como Berberiego y donde en la actualidad se encuentra el pueblo de San Vicente de Arana solo había una ermita dedicada a San Vicente. La casa de Longinos está a unos pocos metros de esta iglesia, por lo que entendemos se trata de una pieza que antaño estaría posiblemente en la cabecera de alguna de las tumbas exteriores de dicha iglesia. ·
Efectivamente fue en el siglo XIV, en tiempo del rey Femando IV cuando los habitantes de Berberiego cansados de la opresión de los señores de dicha villa lo abandonan para poblar San Vicente de Arana.
Medieval.
Dimensiones:
Diámetro exterior: 39 cm.
Altura total: 100 cm.
Ancho del pie: 25 cm.
Espesor: 18 cm.
Materialcaliza
Descripción:
CARA A: Una cruz griega ancorada dentro de bordura.
CARA B: Igual.
 
 
 
ESTELA DE ALANGUA GAZTALAMENDI
 
SituaciónSe encontraba en el puerto de Alangua término de Gaztamendi. Alangua era un lugar de Salvatierra.
Se encontraba en el camino que unía el valle de Arana con la llanada, por lo que también se le conocía como el "camino del aceite la lana". En la parte superior de la crestería, y cerca de donde se encontraba una cantera de piedras de molino.
Fig. 6: Estela de Alangua.
MotivoPor su ubicación en un camino tenemos que pensar que se colocó para señalar el lugar de algún fallecimiento.
Dimensiones:
Diámetro exterior: 26 cm.
Altura total: 40 cm (a la vista)
Anchura del pie: 28 cm.
Espesor: 20 cm.
MaterialCaliza.
Descripción:
CARA A: Cruz griega incisa.
CARA B: Lisa
Solo presenta dibujo en una de sus caras. Cruz griega incisa. Es semejante en cuanto al dibujo a la estela que se encuentra en el Museo de San Telmo de San Sebastián y que procedía de Mendoza (Alava).
 
La de Mendoza lleva en su pie la siguiente inscripción: AQUÍ MURIO NICOLAS <;UBI<;A. AÑO 1812 y tiene un diámetro exterior de 36 cm. y un espesor de 17 cm.
Al ser estela situado en el lugar de un fallecimiento, dataríamos la pieza entre el XVIII y XIX.
Foto estela nº 5, procedente de Alangua (Alava).


Antxon Aguirre
Gerardo López de Guereñu
Pedro Zarrabeitia Miñaur
Fernando Sánchez Aranaz
Kepa Ruiz de Eguino

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