Agurain en la II República
AGURAIN EN LA SEGUNDA REPUBLICA IV
El alcalde manifestó que él asistiría a la asamblea, a pesar de estar en minoría. Este enfrentamiento refleja claramente cuál era la posición de ambos bloques en la provincia. Así, en la asamblea convocada por la Gestora en Vitoria, tras una fuerte discusión entre los partidarios de uno y otro proyecto estatutario, el Estatuto Alavés fue aprobado únicamente por 21 ayuntamientos, básicamente los mismos que no se habían adherido al Estatuto de Estella, casi todos ellos de mayoría republicana.
En septiembre de 1931 tuvo lugar el acto oficial de entrega del Estatuto de Estella al presidente del Gobierno provisional de la República, Niceto Alcalá Zamora. Volviendo a mostrar la incoherencia, algo caótica, de la política municipal de la época, Agurain Salvatierra –que había apoyado al Estatuto alavés en contra de Estella, por medio de su alcalde– envió a un representante, el nacionalista Tomás Preciado, para apoyar en Madrid el Estatuto de Estella, que, finalmente ni siquiera fue tomado en consideración por las Cortes republicanas, debido a su carácter anticonstitucional.
Mientras tanto había habido elecciones a Cortes Constituyentes en junio de 1931. Estos comicios se realizaron en un momento de entusiasmo republicano por la proclamación del nuevo régimen y de ahí que el triunfo de la coalición republicano-socialista fuera aplastante en toda España, e incluso –aunque con menos rotundidad– en algunas provincias tradicionalmente conservadoras, como Álava. Por el contrario, en Salvatierra, el triunfo correspondió al PNV, que iniciaba así una etapa de predominio en la localidad, tal y como puede verse en la Tabla 4. En este sentido, sorprende que el PNV, ganando claramente las elecciones de junio, no tuviera más que un concejal en Salvatierra en las elecciones celebradas dos meses antes. Sin embargo, se trata de un fenómeno habitual en el País Vasco, donde el PNV se reorganizó y resurgió con fuerza tras la proclamación de la República, en parte sirviendo como refugio a sectores católicos todavía desorganizados.
Tabla 4: Resultados de las elecciones constituyentes, 28-VI-1931
ELECTORES | VOTANTES | REPUBLICANO - SOCIALISTAS | DERECHA | PNV | NULOS - BLANCO | |
Salvatierra | 429 | 374 | 100 | 91 | 182 | 1 |
Vitoria | 9.985 | 7.179 | 4.192 | 1.814 | 1.039 | 135 |
Álava | 26.187 | 21.347 | 8.513 | 8.016 | 4.615 | 207 |
El Estatuto de las Gestoras y la Asamblea de Pamplona
Tras el fracaso del Estatuto de Estella, el 8 de diciembre de 1931 el Gobierno republicano aprobó un decreto, redactado por Indalecio Prieto, según el cual reconcedía a las Gestoras de las Diputaciones (y por tanto a la izquierda) la dirección del proceso autonómico. En él, además, se resumía el camino que se debía seguir para la aprobación de un Estatuto conforme con la Constitución republicana.
El 31 de enero de 1932 se celebraron asambleas provinciales de ayuntamientos en las cuatro capitales vascas, para decidir si el Estatuto debía ser único para todo el país o si debía aprobarse uno para cada provincia. Salvatierra recibió una carta del presidente de la Comisión Gestora de la Diputación alavesa para la asamblea de ayuntamientos del 31 de enero en la que se resolvería "si ha de proponerse un solo Estatuto para las cuatro provincias o si cada una tendrá el suyo propio" , siendo elegido comisionado por el municipio el alcalde López de Heredia.
En Álava se apoyó plenamente un Estatuto único, tal y como hizo el Ayuntamiento de Salvatierra que, superada la discusión en torno al proyecto de Estella, volvía a mostrarse unido a favor del Estatuto vasco.
Desde el 7 de febrero la comisión nombrada al efecto comenzó a trabajar en la redacción del nuevo texto estatutario, que el 18 de abril fue aprobado por la comisión de alcaldes y el 24 del mismo mes por las cuatro Comisiones Gestoras. La asamblea de ayuntamientos vascos, convocada en un principio para el 22 de mayo, acabó celebrándose el 19 de junio en Pamplona.
Agurain - Salvatierra no dejó de recibir propaganda sobre el Estatuto para esta reunión. La Junta de Propaganda del Estatuto de la Diputación de Vizcaya pidió expresamente al alcalde López de Heredia que ordenara el traslado de todos los txistularis de que dispusiera “para la Asamblea magna de municipios que el próximo domingo, día 22, ha de celebrarse en Pamplona y que se quiere solemnizar con gran pompa”.
Igualmente, la Gestora alavesa se dirigió al Consistorio de Salvatierra el mes de junio “para cambiar impresiones sobre la propaganda a realizar”, citando para ello a los distintos representantes de municipios y partidos políticos de la zona en el propio Ayuntamiento de Salvatierra.
En cuanto a la posición de los diferentes grupos políticos, los nacionalistas fueron los principales interesados en el proyecto, a pesar de estar controlado en su origen por el Gobierno republicano-socialista. En Álava, el PNV fue el partido que más interés puso en la propaganda del Estatuto, creyendo que, aunque no satisfacía plenamente sus aspiraciones, suponía un paso muy importante en el autogobierno.
Por su parte, la CT, ante la diversidad de opiniones en su seno, dejó libertad de voto a sus afiliados. El PSOE de Álava, por su parte, a pesar de haber participado en la elaboración del texto, mostró importantes reticencias porque en su base había muchos afiliados opuestos a la autonomía vasca. Pero, siguiendo las órdenes del Comité Socialista Vasconavarro, el PSOE votó favorablemente al Estatuto.
Los tres partidos republicanos de izquierda mostraron una actitud semejante a la de los socialistas. El Partido Republicano Radical fue, por su parte, el único partido alavés que se opuso oficialmente al proyecto autonómico, en clave alavesista.
El 17 de junio el Ayuntamiento de Salvatierra eligió al propio alcalde López de Heredia como representante para acudir a la Asamblea de Pamplona del 19, donde votó a favor del Estatuto. Representantes de más de quinientos municipios vascos se reunieron en Pamplona, siendo aprobado el Estatuto por guipuzcoanos, alaveses y vizcaínos, y rechazado por los navarros. En Álava votaron sí (de un total de 77)52 municipios (representando a 89.956 alaveses), no 11 (8.456 habitantes) y se abstuvieron 14, en representación de 7.647 alaveses.
Ante la negativa de Navarra, desde este momento el proceso autonómico se redujo a Álava, Guipúzcoa y Vizcaya. Para Álava el rechazo de Navarra al texto estatutario tuvo una consecuencia relevante: a partir de entonces el tradicionalista José Luis Oriol cambió su postura frente al Estatuto, mostrándose siempre contrario a él. Oriol creía que “sin la ayuda de Navarra, el Estatuto fracasado en Pamplona sería perjudicial para Álava”.
Oriol pretendía que el carlismo fuera una fuerza relevante en un País Vasco autónomo, pero, sin Navarra, el tradicionalismo era simplemente un partido más en el conjunto de las tres provincias, mientras que Álava sola podía convertirse muy pronto en otra comunidad autónoma de gran predominio carlista.
La asamblea de Vitoria (6 de agosto de 1933)
Tras la asamblea de Pamplona, el proceso autonómico quedó paralizado hasta que, a finales de 1932, las Gestoras decidieron enviar a todos los partidos y entidades del País un cuestionario sobre el futuro proyecto de Estatuto. Una vez recibidas las respuestas a dicho cuestionario, las Gestoras nombraron en enero de 1933 una ponencia que se encargaría de redactar y tramitar el texto estatutario, integrada únicamente por miembros de las propias Comisiones Gestoras.
Este proyecto incluía una disposición que abría las puertas a una posible incorporación de Navarra. El 19 de julio las Gestoras convocaron la asamblea de ayuntamientos para el 6 de agosto. Así lo describió el secretario del Ayuntamiento de Salvatierra, Fortunato Grandes:
[…] fue leida (sic) la convocatoria que hacen las Comisiones Gestoras de las Excmas Diputaciones de Alava, Guipúzcoa y Vizcaya con fecha de ayer, manifestando que, confeccionado el nuevo proyecto de Estatuto, ante la discrepancia de la mayoría de los Municipios Navarros, dichas Comisiones han acordado convocar a las representaciones de todos los Ayuntamientos de Alava, Guipúzcoa y Vizcaya a una Asamblea general que tendrá lugar en Vitoria a las once de la mañana del día seis de agosto en el salón de actos de la Escuela de Artes y Oficios, interesando que los citados Ayuntamientos designen un Vocal de su seno para que los representantes de la citada Asamblea.
El encargado para representar a la villa en esta asamblea de municipios (a la que asistieron 68 representantes de ayuntamientos alaveses) fue el católico independiente Luis Garagalza.
De los 77 ayuntamientos alaveses, votaron sí 41 (representando a 75.391 habitantes); no 26 (25.071 habitantes) y se abstuvieron diez ayuntamientos, que representaban a 5.267 habitantes. Se observó un claro descenso del apoyo a la autonomía en Álava respecto a la asamblea de Pamplona, pues de un 84,7 % se pasó a un 71,3 % de población representada por los votos afirmativos.
La oposición de buena parte de los ayuntamientos alaveses ante el Estatuto fue, sin duda, consecuencia del cambio de estrategia de Oriol frente al proceso autonómico. Sin embargo, en Salvatierra la CT de Oriol apenas contaba con fuerza en el Ayuntamiento, donde sólo tenía un concejal.
De hecho, algunos datos indican que el PNV había ido ganando adeptos en el seno de la corporación municipal. Así, en las elecciones a vocales del Tribunal de Garantías Constitucionales de septiembre de 1933 (en las que participaban todos los concejales españoles, votando a candidaturas presentadas por los partidos políticos), en Salvatierra el PNV obtuvo cuatro votos, tres la izquierda republicano-socialista y uno la CT, votando en blanco otro concejal. Esto indicaba que, probablemente, los concejales católicos independientes y algún republicano o el independiente, estaban ya en estos momentos cerca del PNV.
Una vez concluida la asamblea se nombró la Comisión de los Dieciocho, encargada de la tramitación del proceso y de la organización del referéndum, previsto en la Constitución.
Esta Comisión, que incluía un representante del Ayuntamiento de Salvatierra, comenzó a reunirse desde el 25 de agosto y fijó el referéndum para el 5 de noviembre. Respecto a éste, en Álava, la CT y los comunistas propugnaron el voto negativo o la abstención, mientras que los distintos grupos republicanos y el PSOE, Acción Nacionalista Vasca y el PNV pedían el voto afirmativo. En el total de Álava, aunque el porcentaje de votos negativos (12 %) fue muy inferior al de los afirmativos (46,40 %), éstos no alcanzaron la mitad del censo. En cambio, la abstención fue muy alta, de un 41,41 %. Una vez más, la actitud de la CT fue la principal causa –junto a la existencia de cierto sentimiento alavesista– del escaso entusiasmo de los alaveses por el Estatuto el 5 de noviembre de 1933.
En Salvatierra, la abstención fue también muy alta (43,8 %), el 45,6 % de los electores de la localidad votaron a favor y el 9,8 % en contra. A pesar de que el PNV era el partido mayoritario en Salvatierra, los resultados no fueron muy diferentes del total provincial, lo que probablemente era debido a la escasa fiabilidad de los resultados del referéndum, en el que el PNV volcó el censo, apoyado por el Gobierno del Partido Republicano Radical, que había convocado elecciones legislativas para dos semanas después y esperaba capitalizar a su favor los resultados del referéndum.
Sin embargo, las circunstancias de la política republicana entre 1933 y 1935, durante el bienio radical-cedista, hicieron que este Estatuto no llegara a ser aprobado por las Cortes.
Las elecciones legislativas del 19 de noviembre de 1933
Los candidatos a las legislativas de noviembre de 1933 por Álava –en las que por primera vez votaron las mujeres– fueron José Luis Oriol por la CT, Francisco Javier de Landáburu por el PNV, Blas Quintana por el Partido Comunista, Félix Susaeta (PRRS independiente) por la izquierda republicano-socialista y Narciso Amorós por el Partido Radical. Además, otra facción del PRRS anunció la presentación como candidato de César Castresana.
En Salvatierra fue interventor por la CT el concejal Julián Ibáñez, Ángel Pinedo por el PRRS y Francisco Villarreal por el PNV. En la localidad, las elecciones dieron una clara victoria al PNV (muy superior a la de 1931), quedando los tradicionalistas como segunda fuerza en el municipio, aunque a una clara distancia (Tabla 5).
Los republicanos, por su parte, sufrieron una clara derrota, mientras que el Partido Comunista no obtuvo ni un solo voto. En el conjunto de Álava los tradicionalistas fueron el grupo más fuerte en la provincia, quedando detrás el PNV, con casi la mitad de los votos de la CT. Por último, los republicanos retrocedieron también en el conjunto de Álava, como consecuencia de la crisis política de la izquierda a nivel nacional.
Tabla 5: Resultados de las elecciones legislativas, 19-XI-1933
Electores | Votantes | Republicanos/Socialistas* | Partido Radical | PNV | CT | PCE | PRRS | Nulos/ | |
Salvatierra | 925 | 678 | 52 | 14 | 424 | 182 | 0 | 0 | 6 |
Vitoria | 21.646 | 14.932 | 2.617 | 1.036 | 3.767 | 7.131 | 92 | 14 | 269 |
Álava | 56.056 | 40.180 | 4.856 | 2.382 | 11.525 | 20.717 | 109 | 109 | 397 |
* Coalición Acción Republicana, PSOE, PRRSI, Partido Republicano Autónomo (PRA)
El conflicto de los ayuntamientos vascos en el verano de 1934
El pleito de los ayuntamientos vascos contra el Gobierno central del verano de 1934 vino motivado por el intento del ministro de Hacienda de aplicar el denominado Estatuto del Vino en el País Vasco. Se trataba de un problema de carácter económico y hacendístico, que venía de lejos y en el que se mezclaron motivaciones políticas. Además, en Álava tuvo un planteamiento distinto que en Guipúzcoa y Vizcaya por existir una comarca (la Rioja Alavesa) de gran producción vinícola.
El aumento de la producción vinícola en España en los años anteriores a 1934 hizo que hubiera una gran dificultad para dar salida en el mercado a esta producción. Por ello, el Gobierno promulgó el decreto del Estatuto del Vino, que propugnaba la supresión de todo impuesto sobre el vino. La aplicación de esta medida en el País Vasco supondría la ruina de las haciendas municipales, cuya principal fuente de ingresos eran los impuestos sobre consumos, y en especial el impuesto del vino.
Las Gestoras vascas (en manos del Partido Radical, que gobernaba en España desde finales de 1933), con el voto contrario de los representantes de la Rioja Alavesa, se entrevistaron con el ministro de Agricultura y consiguieron la no aplicación del decreto en las provincias vascas.
El problema resurgió en junio de 1934, cuando 140 diputados de derechas presentaron en las Cortes una proposición de ley sobre el Estatuto del Vino, por la que se pedía la desgravación absoluta de este producto en todo el país.
Esta petición, que fue apoyada por el ministro de Hacienda, el radical Marraco, provocó la reacción en contra de la opinión pública vasca. En un primer momento, todos los sectores políticos y sociales de Álava mostraron una reacción unánime, a favor de la defensa del Concierto económico.
Sin embargo, como había sucedido en torno al Estatuto de Estella, pronto se formaron dos bandos claramente diferenciados, aunque ahora con el PNV en el bloque contrario a la derecha española: por un lado, las Comisiones Gestoras, apoyadas por el Partido Radical y por la CT, se posicionaron a favor del Gobierno. Frente a ellos, el PNV y la izquierda republicano-socialista utilizaron a los ayuntamientos que controlaban para poner en marcha una auténtica rebelión contra el Gobierno del Partido Radical.
Las posturas se dividieron cuando, frente a la convocatoria hecha por los alcaldes a los ayuntamientos para reunirse en Bilbao el 5 de julio, la Comisión Gestora de Álava convocó una asamblea de ayuntamientos de la provincia en Vitoria en la misma fecha. El Ayuntamiento de Salvatierra (en el que los impuestos sobre los consumos eran, como en el resto de los municipios vascos, su principal fuente de riqueza) recibió dos circulares al respecto, una para cada asamblea. Primero recibió la de la convocatoria para la asamblea que se celebraría en Vitoria:
Se dio lectura de la circular del Sr. Presidente de la Comisión Gestora de la Excma. Diputación convocando a la representación de los Ayuntamientos de Álava para la reunión que ha de celebrarse en Vitoria el día cinco de julio próximo a las once horas, a fin de tratar de lo relativo al Estatuto del Vino que según referencias quieren resolver mediante una proposición de ley que tenga efecto en las Vascongadas
Para asistir a dicha asamblea fue nombrado representante del Ayuntamiento de Salvatierra el concejal Elías Garagalza (republicano independiente). Unos días más tarde se recibió la invitación para asistir a la asamblea de Bilbao:
Seguidamente manifestó el Sr. Alcalde, que conforme ya indicaba la convocatoria, el objeto de esta sesión es dar cuenta de la convocatoria que hace el Sr. Alcalde del Ayuntamiento de Vitoria para la reunión de Ayuntamientos Vascongados que ha de tener lugar en Bilbao el día cinco de este mes a las once de la mañana, la cual ha sido leída, a fin de adoptar las resoluciones que se estimen pertinentes, en vista de que se pretende que el Estatuto del Vino tenga efectividad en todo el territorio nacional, incluso en las Vascongadas, añadiendo que como consecuencia se supriman los arbitrios [que] gravan la entrada, circulación y consumo de los vinos.
En esta ocasión fue el alcalde, López de Heredia, el elegido como representante para asistir a la asamblea de Bilbao en nombre de Salvatierra. A ella asistieron casi todos los ayuntamientos vizcaínos y guipuzcoanos, y sólo 17 alaveses.
Los motivos de este relativo fracaso de la convocatoria de Bilbao fueron dos. Por un lado, la oposición de Oriol y de la CT, mayoritaria en la provincia, a la asamblea; por el otro, la negativa de los ayuntamientos riojanos a asistir a la asamblea. La inmensa mayoría de los representantes alaveses eran afiliados al PNV o católicos independientes simpatizantes con el nacionalismo y republicano-socialistas de Vitoria, aunque también asistieron algunos tradicionalistas, a título personal.
En el caso de López de Heredia, su apoyo al movimiento de los ayuntamientos contrarios al Gobierno indicaba que se estaba acercando, muy probablemente, a Izquierda Republicana, mientras otros republicanos locales optaban más por la política del Partido Radical. Es cierto que una lista de afiliados de Salvatierra a los partidos políticos de la localidad opuestos a la sublevación militar de julio de 1936 (Izquierda Republicana y PNV), confeccionada en 1937 por las autoridades franquistas, describía a López de Heredia como “nacionalista destacado”, a pesar de no figurar como afiliado a dicho partido, pero se trata de una fuente escasamente fiable.
A mediados de julio, los ayuntamientos designaron una Comisión interina que, según había decidido la asamblea de Bilbao, debía estar compuesta por cinco representantes de cada provincia. Esta Comisión debía convocar, en el plazo de un mes, la elección indirecta por los ayuntamientos de la definitiva Comisión defensora del Concierto económico. El 12 de julio el Ayuntamiento de Vitoria eligió como representante a Teodoro González de Zárate.
Por su parte, los ayuntamientos de menos de dos mil habitantes eligieron al alcalde de Salvatierra. La definitiva Comisión defensora del Concierto en Álava estuvo finalmente compuesta por cuatro miembros del PNV, en representación del distrito de Amurrio (Zarandona, Sautu, Zabalgoitia e Irabien), un socialista (Herrero), dos republicanos (González de Zárate y López de Heredia) y un católico independiente (Elorza, concejal de Vitoria).
El 29 de julio las Comisiones interinas, reunidas en Bilbao, acordaban convocar para el 12 de agosto la elección, por los concejales, en cada ayuntamiento, de la Comisión definitiva, integrada por 52 miembros.
El Gobierno del Partido Radical consideró la convocatoria de esta elección como un medio ilegal de los ayuntamientos para sustituir a las Comisiones Gestoras nombradas por la autoridad gubernativa. De esta manera, los gobernadores civiles, que contaban con el apoyo del ministro de la Gobernación, prohibieron la celebración de las votaciones y anunciaron medidas represivas para los concejales que participaran en la elección:
[…] se dio lectura de una comunicación de esta misma fecha [4 de agosto] del Excmo. Sr. Gobernador Civil manifestando que en cumplimiento de órdenes de la superioridad para impedir la elección que por algunos Ayuntamientos pretende llevarse a cabo el 12 del corriente […] para impedir dicho acto ilícito que de consumarse castigará sin perjuicio de pasar el tanto de culpa a los Tribunales.
En la misma sesión en la que se leyó la carta del gobernador civil advirtiendo sobre las consecuencias que acarrearía a los concejales la elección del día 12, comenzaron a notarse las diferencias políticas entre los concejales del Ayuntamiento de Salvatierra:
[…] se proyecta celebrar elección de una Comisión de representantes de Ayuntamientos el día doce de este mes que se encargue de la defensa del Concierto, a lo cual hizo presente el infrascrito Secretario que dicha elección no es legal, a fin de que se tuviera en cuenta y se le exima de responsabilidad. Sobre dicho proyecto y sus fines se discutió por los Sres. Concejales apreciando unos Sres. que no debe usarse de violencias y estimando otros que como las Gestoras no representan la voluntad del País y por ser de nombramiento gubernativo no pueden tener toda la independencia necesaria, glosándose estos conceptos sin que recayera acuerdo.
Pese a la ocupación de varios ayuntamientos por parte de las fuerzas de seguridad, la votación llegó a celebrarse en bastantes municipios de Vizcaya y Guipúzcoa. Por el contrario, en Álava la Comisión interina no convocó la elección en los ayuntamientos el 12 de agosto por discusiones surgidas entre los concejales de Vitoria.
En el caso de Salvatierra la elección tuvo lugar el 19 de agosto: “El Sr. Alcalde propuso que se haga la elección de una Comisión de personas que siendo Alcaldes o Concejales, pueda defender el Concierto económico cerca del Gobierno.
De esta manera, los concejales Elías Garagalza (republicano independiente) y Julián Ibáñez (CT) no tomaron parte en la votación por ser contrarios a la elección para la Comisión defensora del Concierto. Por el contrario, el también republicano independiente López de Heredia y el nacionalista Preciado, votaron a favor de la Comisión. De esta forma, todo indica, como ya hemos adelantado, que, dentro del republicanismo no adscrito a ningún partido concreto de los concejales republicanos de Salvatierra, algunos optaban por Izquierda Republicana (López de Heredia) y otros (Garagalza) por el Partido Radical.
El 28 de Agosto, las Comisiones defensoras del Concierto convocaban una asamblea de parlamentarios y representantes de los alcaldes vascos en Zumárraga para el 2 de Septiembre. La asamblea, cuyo fin era la defensa del Concierto, se celebró pese a la prohibición del Gobierno y a la oposición de la policía. Ésta procedió a detener a varios concejales, por lo que finalmente sólo acudieron a la asamblea, por parte de Álava, uno de los representantes del distrito de Amurrio (Zarandona), el diputado del PNV Landáburu y el alcalde de Salvatierra López de Heredia.
El 3 de septiembre, el gobernador civil de Álava destituía y ordenaba el procesamiento del alcalde y de los catorce concejales vitorianos que habían participado en la votación. Los procesados quedaron en libertad provisional tras pagar una cuantiosa fianza. Como modo de protesta ante la actuación del Gobierno, los Comités intermunicipales acordaron la dimisión colectiva de todos los ayuntamientos vascos.
Mientras en Vizcaya y Guipúzcoa dimitían la casi totalidad de los ayuntamientos, en Álava la oposición de Oriol, de la CT y de su periódico Pensamiento Alavés al movimiento municipalista hizo que sólo 63 concejales (entre dimitidos y destituidos), pertenecientes a trece ayuntamientos, apoyaran a los municipios vizcaínos y guipuzcoanos. Entre ellos se encontraba el de Salvatierra. En la sesión de 7 de septiembre de 1934
[…] fue leída una carta del Diputado a Cortes por Álava Sr. Oriol a la que acompaña una copia de la que ha dirigido al Sr. Alcalde de Vitoria haciendo consideraciones sobre el mismo asunto poniendo de relieve situación creada por los elementos separatistas y socialistas dictando acuerdos que enrarecen el ambiente con disposiciones punibles y llamando a serenidad para que todos continúen en sus puestos en bien del país cuya defensa […] cada vez más enérgica y tenaz en la forma ya indicada en Álava enfrentándose con aquel Estatuto antiforal y antivasco que hubiera hundido definitivamente ese […] foral del Concierto económico que aun poseemos y otra carta del Secretariado de Hermandad Alavesa en parecidos términos. En este estado el foral del Concierto económico que aun poseemos y otra carta.
De esta manera, los ediles de Salvatierra manifestaron sus diferencias en lo referente a las dimisiones: los católicos independientes Luis Garagalza y Arrese y el tradicionalista Ibáñez se mostraron contrarios a la decisión de los Comités intermunicipales. López de Heredia y Preciado, siguiendo las indicaciones de Izquierda Republicana y del PNV, se mostraron favorables a dicha decisión, por lo que procedieron a presentar su dimisión.
Tras la renuncia, ambos fueron condenados a una pena de ocho años y un día de inhabilitación especial y una multa de 300 pesetas por delito de desobediencia.
En Álava los concejales inhabilitados fueron sustituidos por otras personas que fueron elegidas por nombramiento gubernativo, siendo la mayoría de ellos ex concejales monárquicos y primorriveristas.
En Salvatierra esto fue, en parte, distinto: los concejales dimitidos no llegaron a ser oficialmente sustituidos, por tratarse de una parte mínima del Ayuntamiento, que pudo seguir funcionando con el resto de sus miembros elegidos en 1931 (católicos, de la CT y republicanos más próximos al Partido Radical). Sólo para la discusión y aprobación de cuestiones muy puntuales (llamamiento a quintas, en la mayoría de las ocasiones) se contaba con la ayuda de dos antiguos concejales, Múgica y Larramendi. Tras el triunfo del Frente Popular en febrero de 1936, los dos concejales dimitidos e inhabilitados fueron repuestos en sus cargos.
La Carta Foral de Álava
A finales de 1935 el tradicionalismo alavés intentó separar definitivamente a Álava del Estatuto Vasco, por medio de la aprobación de una Carta Foral de Álava, una especie de Estatuto Alavés. Los ayuntamientos alaveses se reunieron en el Palacio de la Provincia el 14 de noviembre de 1935, a petición del radical Luis Dorao, presidente de la Diputación alavesa, siendo el alcalde accidental, Luis Garagalza, elegido representante por Salvatierra.
Según una carta de Félix Abreu (un derechista independiente, antiguo presidente de la Diputación alavesa de la Dictablanda entre 1930 y 1931 y decano del Colegio de Abogados) a Luis Garagalza, se trataba “de una jugada política de los detractores de ese Estatuto [Vasco], cuya mayoría la constituyen, como es sabido, personas que no han nacido en Alava ni son del país” y creía que “con esa Carta se trata de separar a Alava de Guipúzcoa y Vizcaya, rompiendo la tradición y la historia, y aparte de que es muy discutible que conforme al texto de la Constitución se pueda declarar región autónoma”.
La Carta Foral de Álava fue redactada por una ponencia integrada por alcaldes y ex diputados forales. Todos los ayuntamientos recibieron un ejemplar para su aprobación. El proyecto nunca llegó a enviarse a las Cortes, lo que indica que los tradicionalistas no pretendían la aprobación de un Estatuto para Álava, sino únicamente en fracaso del Estatuto Vasco.
Al mismo tiempo, la composición izquierdista de las nuevas Cortes de 1936 hizo desistir a la CT del envío de la Carta Foral. Asimismo, por lo que sabemos, el Ayuntamiento de Salvatierra (con la ausencia de los dos concejales dimitidos, López de Heredia y Preciado) no se pronunció en torno a la Carta Foral, aunque todo indica que, de haberlo hecho, habría sido contrario a ella, dada la escasa presencia de la CT y la actitud de Garagalza, el alcalde accidental durante la etapa en que López de Heredia estuvo fuera de la alcaldía, reflejada en la correspondencia con Abreu.
Las elecciones legislativas de febrero de 1936 y la reactivación del proceso estatuario.
Los candidatos por Álava a las elecciones legislativas de 1936, las ultimas de la etapa republicana, fueron Francisco Javier de Landáburu (PNV), Luis Pérez Flórez-Estrada (CEDA), José Luis Oriol (CT) y Ramón Viguri, miembro de Izquierda Republicana y candidato del Frente Popular (FP).
En Salvatierra fueron interventores Julián Ibáñez por la CT, Francisco Villarreal y Tomás Preciado por el PNV, y Saturnino Olalde por el FP. En la primera vuelta, resultó de nuevo claro ganador –a pesar de descender sus votos respecto a los obtenidos en 1933– el PNV, seguido a gran distancia por la CT, la CEDA y el FP. En la segunda vuelta, el PNV superó los votos de la primera, al contrario que la CT, que siguió quedando en segundo lugar, esta vez a poca distancia de la CEDA., siendo la izquierda la gran perdedora, aunque, yendo unida, superó el número de votos de las elecciones de 1933 (ver Tabla 5). Estos resultados reflejaban la tendencia general del electorado vasco en estas elecciones, en que el PNV perdió muchos votos respecto a 1933 y la izquierda recuperó posiciones, aun quedando muy lejos del triunfo obtenido en las nuevas Cortes.
Tabla 6: Resultados de las elecciones legislativas, 23-II-1936. Primera vuelta
Electores | Votantes | CT | PNV | Frente Popular | CEDA | Nulos/Blanco | |
Salvatierra | 964 | 738 | 182 | 317 | 101 | 136 | 5 |
Vitoria | 22.653 | 16.819 | 4.408 | 2.502 | 5.385 | 4.390 | 89 |
Álava | 57.506 | 43.528 | 16.020 | 8.958 | 9.521 | 8.681 | 190 |
Tabla 7: Resultados de las elecciones legislativas, 1-III-1936. Segunda vuelta
Electores | Votantes | CT | PNV | Frente Popular | CEDA | Nulos/Blanco | |
Salvatierra | 964 | 717 | 135 | 352 | 111 | 119 | 0 |
Vitoria | 22.653 | 15.901 | 3.685 | 2.649 | 5.423 | 4.090 | 0 |
Álava | 57.506 | 42.180 | 13.873 | 9.222 | 10.205 | 8.761 | 96 |
Una de las consecuencias del triunfo del FP en toda España en estas elecciones legislativas fue la reactivación del proceso del Estatuto, paralizado desde el verano de 1934. El Estatuto de 1936 fue obra de las izquierdas, contando con el apoyo del PNV. El 18 de abril quedó constituida la Comisión de Estatutos de las Cortes, presidida por Indalecio Prieto (PSOE) y con José Antonio Aguirre de secretario. Pese a la resistencia de los partidos de derechas, el PNV trató de conseguir que Álava fuera incluida en el Estatuto.
En el capítulo hacendístico aparecieron algunos problemas, pues el Gobierno dijo que se daban ciertas incompatibilidades entre el Concierto económico y el Estatuto. Quince ayuntamientos alaveses (la mayoría de ellos nacionalistas y republicanos) se dirigieron a las Cortes para pedir la rápida aprobación del Estatuto y el mantenimiento del Concierto.
La reunión del Consejo de Ministros del 6 de julio deliberó sobre el tema, pero éste no se resolvió cuando dio comienzo la Guerra Civil. El 1 de octubre de 1936, las Cortes del Frente Popular en Valencia aprobaron el Estatuto Vasco, que sólo fue efectivo en una pequeña parte de Álava, pues casi toda la provincia –incluyendo a Salvatierra– estuvo desde el principio en poder del bando sublevado. A partir del 18 de julio de 1936, la historia de Salvatierra, como la de Álava y el País Vasco y la de toda España, fue completamente diferente a la vivida durante la Segunda República.
Conclusiones
La vida política de Salvatierra durante la Segunda República –lo mismo que la de muchas otras pequeñas localidades de España– no tuvo nada de especial. Sin embargo, su estudio puede servir, no solo para conocer mejor la historia local de este municipio alavés, sino como un laboratorio para analizar como se vivió la etapa republicana fuera de los grandes centros de decisión social y política.
En efecto, como hemos ido viendo a lo largo de estas páginas, en Salvatierra se fueron reflejando algunos de los grandes problemas de la República, tanto en el conjunto de España como en el País Vasco.
Así, los resultados electorales de Salvatierra entre junio de 1931 y febrero de 1936 van reflejando buena parte de los cambios políticos sucedidos a nivel general: la eclosión del voto a favor del PNV, que se convirtió por primera vez en su historia en 1933 en el partido político mas votado del País Vasco; el incremento de votos a la izquierda en 1931, como consecuencia del entusiasmo producido por la proclamación del nuevo régimen; la recuperación de la derecha y el hundimiento de la izquierda en 1933 y por fin, la división de la derecha y la recuperación de la izquierda en 1936. Así, el denominado triangulo político vasco tuvo su aplicación en Salvatierra, como un reflejo de la pluralidad ideológica de la localidad.
Algo semejante sucede con los avatares del proceso autonómico vasco entre 1931 y 1936. Salvatierra siempre tomó parte en el proceso del Estatuto Vasco, asistiendo a todas las asambleas convocadas por Gestoras y ayuntamientos y mostrándose como uno de los municipios alaveses más autonomistas.
En Salvatierra pueden observarse los conflictos entre la izquierda y la derecha en torno al Estatuto de Estella en la primavera y el verano de 1931; el progresivo alejamiento del PNV respecto a la CT y acercamiento a la izquierda para lograr el Estatuto Vasco: el movimiento de los ayuntamientos vascos del verano de 1934 en defensa del Concierto económico y en contra del Gobierno del Partido Radical, etc.
El Estatuto fue una de las cuestiones que más afectó a la política municipal, provocando, en ocasiones, fuertes desencuentros entre los ediles. Así, en el conflicto del verano de 1934, dos concejales (siendo uno de ellos el alcalde) llegaron a dimitir, apoyando a otros muchos ediles de Vizcaya y Guipúzcoa y, en menor medida, de Álava.
Sin embargo, otras cuestiones, como el problema religioso, que fueron causa de grandes discrepancias en toda España y en el País Vasco, apenas afectaron a la política municipal de Salvatierra. Tal vez porque, independientemente de su adscripción al PNV, a la CT o al republicanismo, la mayoría de la corporación municipal compartía el credo religioso mayoritario en la localidad, evitando plantear problemas en torno a esta cuestión.
No obstante, Salvatierra también tuvo durante el período de la Segunda República unas características especiales, dentro de la provincia de Álava. Así, la victoria electoral del PNV en las tres elecciones legislativas celebradas entre 1931 y 1936 es una excepción en un territorio dominado mayoritariamente por la CT y donde al PNV le costaba salir de sus feudos tradicionales, como la Cuenca Cantábrica y las Estribaciones del Gorbea.
Sin embargo, este predominio nacionalista en Salvatierra no pudo llegar a reflejarse en el propio Ayuntamiento, debido a que las elecciones municipales previstas para 1936 nunca llegaron a celebrarse por el ambiente de crispación que se estaba viviendo en la España en los meses previos al estallido de la Guerra Civil.
La plural corporación salida de las elecciones de 1931, salida de una candidatura única, que integraba a fuerzas políticas tan dispares como la CT o el republicanismo, actuó a veces (por ejemplo, en 1931, en torno al Estatuto de Estella) de forma algo contradictoria.
Esto demuestra que la política municipal de la etapa republicana -en la que los partidos no estaban tan férreamente organizados como en la democracia actual- no siempre seguía los parámetros de la política nacional o ni siquiera de la que tenía lugar en Vitoria. Así, la principal característica de la vida política de Salvatierra durante la Segunda República fue la mezcla entre el reflejo de la política española y vasca y el mantenimiento de una política local, mas administrativa que propiamente política, que probablemente es aplicable a muchos otros pequeños o medianos municipios alaveses entre 1931 y 1936.
SANTIAGO DE PABLO – VIRGINIA LOPEZ DE MATURANA
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Virginia López de Maturana
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El Pensamiento Alaves
La Voz Agrícola de Salvatierra
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