Familia
Oñate y la gripe de 1918
El
presente trabajo se ha podido hacer gracias a la ayuda de la familia Garagalza
de Agurain, a Lourdes Garagalza que fue quien nos contó la historia de éstos
antecesores suyos que vivieron en nuestro pueblo desarrollando la labor de
medicina con nuestros convecinos, en especial Emilio Oñate que fue médico
titular en la Villa y que en ella murió con sólo 33 años, al contagiarse de la
terrible “gripe española” en 1918, después de atender a unos vecinos de
Zalduondo, donde había acudido a lomos de su caballo, como lo hacía a diario
por los pueblos de la Llanada alavesa.
ATHA-DAF-OÑA-PP-002-199 Retrato de un niño tumbado en la camilla de la consulta del doctor Emilio Oñate Reynares, situada en su vivienda de la calle Marcos Sagasti, hoy calle Zapatería, número 16, de la localidad alavesa de Salvatierra.
A Ana Isabel Garagalza que fue quien encontró en la vivienda de Agurain
la colección de material fotográfico de los Oñates Reynares parientes suyos Pascual
Oñate y Emilio Oñate Reynares, padre e hijo grandes aficionados a la fotografía
y que la depositó en el Archivo fotográfico de la Diputación Foral de
Alava, para que dicha institución la
estudiara, catalogara, digitalizara y gracias a ello se haya podido conservar
este impresionante trabajo fotográfico que muestra la vida en nuestra villa a
finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, la gente, el consultorio médico
de la calle Zapatari, frente al Ayuntamiento donde atendía a los vecinos de
Agurain y sobre todo una gran colección de fotografías de viajes a países
exóticos, como Tierra Santa, Jerusalen, Egipto, etc…y otros paises de
Europa, dado que esta familia fue una
gran aficionada a viajar, no olvidemos que esto era a finales del siglo XIX.
Pascual Oñate de familia acomodada de Labastida en la Rioja Alavesa y
por distintos motivos que más tarde contaremos tuvo que dedicarse entre otros
oficios a la fotografía y tuvo su estudio fotográfico en Burgos, en Labastida
(Alava) y en Gasteiz y su hijo Emilio Oñate ejerció de médico y también fue también
gran aficionado a la fotografía.
Plaza de San Juan de Agurain en 1900, a la izquierda
Chocolates Concha y a la derecha Tejidos Guereñu
Contaba Lourdes Garagalza que Emilio Oñate Reynares murió justo unos
meses antes de casarse con Rosa Oquiñena, natural de Agurain.
De su memoria sólo queda en el cementerio de Agurain una tumba de piedra en la que reza: Emilio Oñate Reynares, muerto a los 33 años en cumplimiento de su deber.
- Archivo del Territorio Histórico de Álava
El Fondo Oñate Reynares comprende las Fotografías que Ana Isabel
Garagalza Arrizabalaga encontró en la vivienda familiar situada en la localidad
alavesa de Agurain – Salvatierra de Alava.
Tras un primer informe en el que se valoran las condiciones e interés
que el Fondo pueda tener para la Institución, el 03 de abril de 2009 se produce
el depósito de los materiales fotográficos en este Archivo, con el propósito de
tratar dichos materiales mediante una política de conservación adecuada, y
favorecer su investigación y difusión a través de la caracterización,
digitalización, conservación y catalogación.
Finalmente, se produce la aceptación de cesión en depósito del fondo
mediante la orden foral 705, publicada en el BOTHA el 14 de diciembre de 2009.
En el transcurso del año 2011 el Fondo recibe tratamiento archivístico integral poniéndose a disposición de los posibles usuarios a través de internet.
En este fondo familiar podemos distinguir dos autorías diferentes en la
realización de las fotografías, por un lado las hechas en estudio fotográfico,
cuyo autor es Pascual Oñate y el
resto realizadas con toda seguridad por su hijo Emilio Oñate Reynares.
Pascual Oñate nace en el año 1844 probablemente en Labastida y fallece
el 4 de julio de 1905.
Se casa con
Arsenia Reynares y Tovía, natural de San Millán de la Cogolla, el 14 de
diciembre 1868, y fruto de este matrimonio nacen Samuel, Emilio y Emiliana.
Además tiene otros dos hijos, Pantaleón y Ascensión que mueren prematuramente.
Esta
familia acomodada vivía en Labastida, pero arruinados por una plaga en las
viñas (anterior a la filoxera) hizo que cambiaran de residencia y fueran a
vivir a Burgos, donde Pascual abrió un estudio fotográfico. Desconocemos el
tiempo que permanecieron viviendo en Burgos pero luego retornaron a Labastida,
donde Pascual abrió un Estudio de fotografía.
Al parecer, Pascual tenía en su casa también un taller de carpintería,
que según figura en el libro Historia de la Fotografía de Pilar Arostegui,
podría haber trasladado a Vitoria.
Arostegui hace mención a un taller de instrumentos y muebles de adorno
para la fotografía, en el cual se construían todo tipo de cámaras, que en 1878
estaba situado en la calle Estación 11 de Vitoria y estaba a cargo de Pascual
Oñate.
Emilio Oñate Reynares, es natural de Labastida y nace en
1887.
Estudia medicina en Madrid entre
1904 y 1911. Fotógrafo aficionado, es considerado productor del Fondo y autor
de la mayoría de fotografías que lo componen.
Obtiene
la plaza de médico titular de Agurain Salvatierra (parece tener también
consulta en la calle Dato de Vitoria-Gasteiz, y en algún momento también en
Palencia) y ejerce hasta que fallece víctima
de la gripe que asola España el 03 de octubre de 1918 en Agurain - Salvatierra.
(la gripe española de 1918)
Emilio debía de ser muy aficionado a la fotografía y deja registro de
los lugares y acontecimientos que vive, muestra de ello son las fotografías que
forman este fondo fotográfico.
FAMILIA OÑATE REYNARES
ATHA-DAF-OÑA-PP-002-113 Retrato de Emilio Oñate Reynares junto a un hombre, ambos de pie apoyados en una valla en Agurain Alava
La gripe española de 1918
La consulta de la obra Movimiento de la
población de España. 1918 (Madrid,1923) ofrece información, que consideramos de interés,
tanto por su carácter oficial como por proporcionar datos sobre el efecto
demográfico de la pandemia gripal en el conjunto de la población del Estado
Español.
A la gripe hay que atribuir el que en 1.918 las cifras globales de
mortalidad superasen a las de natalidad, (Mortalidad: 695.758; Natalidad:
612.637).
Ciñéndonos a las provincias vascas, la
cifra de Natalidad y Mortalidad ofrecen los siguientes datos:
Provincias
Alava Natalidad 3.006
- mortalidad 3.333
Guipúzcoa natalidad
6.895 - mortalidad 6.630
Navarra natalidad
9.568 - mortalidad
9.922
Vizcaya natalidad
11.812 - mortalidad 11.517
AÑO 1918
En las provincias del interior del País Vasco, esto es, Alava y Navarra,
la mortalidad en 1918 es ligeramente superior a la natalidad; por el contrario,
en las provincias costeras fue menor.
La fiebre de 1918
'Mozos' jóvenes
Contaba la abuela, que murió con 97 años, que aquella maldita gripe se
llevó por delante a dos hermanos de San Jorge y a los Ibarreta, "dos
jóvenes de quince años" como ella decía.
Sólo tenía 18 años de vida cuando el virus
H1N1 cruzó el Atlántico procedente de Kansas (EEUU), y aunque muchos convivieron con la enfermedad
tan estrechamente como obligaban las estrecheces de la época, no enfermó.
Aquel virus que causó unas 300.000 muertes en todo el estado era una
mezcla de cepas de la gripe humanas y aviares. Al que hace poco circuló por
medio mundo infectando a mucha gente se le suma en esta ocasión un tercer
componente, el del cerdo. Con todas las distancias de la situación que se vivía
hace un siglo y sin querer comparar ambas amenazas, la OMS sí ha advertido que
en aquella ocasión la enfermedad también
empezó a propagarse de manera leve antes de alcanzar dimensiones
mundiales.
Nuestros aitonas a fuerza de oírselo contar a sus aitas relatan como si
hubiesen vivido en primera persona el triste entierro de los dos jóvenes,
llevados por sus otros hermanos hasta el cementerio. En algunos Campos Santos
los cuerpos fueron arrojados sin caja, como ocurrió en muchos otros casos;
porque no había y porque nadie se atrevía a tocar a los muertos por temor a
enfermar.
Se contaba que en algunas ciudades grandes tuvieron que pedir ayuda al
ejército para el trasporte de los ataúdes y se llegó a prohibir hasta el toque
de campanas para evitar la desmoralización.
Pueblos vacíos
Algunos mayores contaban que "La gente no salía ni a comprar",
"ni apenas se veía a nadie por las calles", " decían que les
ponían hasta sanguijuelas a los enfermos en el costado para curarles las
fiebres", "los enfermos afectados de aquella duraban muy poco
tiempo", "se cerraban las casas a cal y canto"...
Nos contaba Lourdes Garagalza que algo así fue lo que le ocurrió a su
pariente el médico de Agurain, Emilio Oñate, que tras la visita a los enfermos
del pueblos de Zalduondo, pueblo vecino, que acudió voluntario para verlos,
aunque a él no le tocaba ésta zona, tras visitar a los afectados cuando volvió
a casa le dijo a su madre: “Creo que yo también me he contagiado de ésta gripe”
a los pocos días murió.
Por eso en el cementerio de Agurain hay una
losa que reza:
D.E.P.
Don Emilio de Oñate Reynares
Médico titular
2 de Octubre de 1918
VICTIMA DE SU DEBER
ROGAD POR EL
OTRAS GRIPES
Otros mayores consultados no habían nacido aún, pero sí recuerdan otra
epidemia posterior, otra a la que llamaron "la de la gripe asiática
que hubo en los años cincuenta". En algunas casas de Agurain enfermaron varias
familia también.
El virus H2N2 que entonces causó
cuatro millones de muertes en todo el mundo se propagó a través de los patos salvajes.
A.H.P.A. – Archivo Histórico de
Protocolos de Alava
Familia Garagalza
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